Palabra Pública N° 24 2021 - Universidad de Chile

T odo calza muy bien en el relato que explica el triunfo de Gabriel Boric y de su generación como el triunfo de los hijos sobre los padres. Las edades y los con- flictos entre las partes, los gestos de reconciliación y de autocrítica de cada lado, hasta los rasgos psicoló- gicos de los protagonistas individuales; todo parece encajar a la perfección en la trama de unas relaciones familiares que habrían dejado atrás años de desencuentros ásperos para ini- ciar una etapa de comprensión mutua y convivencia civili- zada. Es una historia redonda en que todo funciona. Como en las películas que son éxito de taquilla. Como en una antigua fábula para niños. Como en un cuento de hadas. Esta es la primera idea que logro articular desde la tarde del 19 de diciembre. Llevo varios días adormeci- do por la resaca de la semana anterior, semana maldita e interminable, cargada de una angustia agotadora por la posibilidad de un triunfo pinochetista. Y lo hago después de releer dos columnas de opinión que circularon mu- El triunfo de Gabriel Boric se ha leído una y otra vez como el triunfo de unos hijos contra sus padres. Pero sabemos que este tipo de relatos son simplificaciones de historias complejas, en este caso, una que involucra a una multitud de generaciones y actores que tuvieron en los líderes del movimiento estudiantil de 2011 —cuna del presidente electo— solo a sus rostros más visibles. Uno de ellos es Francisco Figueroa, vicepresidente de la FECh durante 2010 y 2011 y autor de Llegamos para quedarnos . Crónicas de la revuelta estudiantil (LOM, 2013), quien plantea en este ensayo que pensar a Boric como hijo de Lagos y Bachelet no le hace justicia a las luchas heterogéneas que lo pusieron en La Moneda ni ayuda a reconocer las tensiones que su gobierno tendrá que resolver. POR FRANCISCO FIGUEROA Collage: Fabián Rivas / Fotos: Felipe PoGa/Fernando Ramírez LOS CUENTOS QUE NOS CONTAMOS 6

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