Palabra Pública N° 24 2021 - Universidad de Chile
51 un sitio más importante que el ego intelectual de quien la emite. Esto incide en privilegiar al/le sujete emisor más que al destinatario. Si este último/a comprende o no, es su problema. Pues bien, en esta ocasión Valdés transgrede todas esas formulaciones excluyentes y expo- ne la teoría con ductilidad, con un impulso generoso, que permite asimilar conceptos y evitar errores frecuen- tes en el uso de ciertos términos, incluso en la academia. Su ruta teórica posee dos conceptos clave: trans e identidad de género. El término trans “agrupa a todas aquellas personas cuya identidad de género es distinta del sexo/género asignado al momento de nacer. Dentro de este gran paraguas están incluidos los hombres y mu- jeres trans, las personas trans no binarias, las personas de género fluido, y todas aquellas identidades que son distintas del sexo/género asignado al nacer” (29). Res- pecto a la identidad de género, Valdés denuncia cuatro principales mitos y prejuicios sobre la identidad trans: “Las personas que son transexuales nacieron en un cuer- po equivocado” (26). Este equívoco se sostiene en “una noción binaria de sexo/género” y en “la idea de que la genitalidad, el sexo asignado al momento del naci- miento” (ibíd.) legitimaría solo la identidad de género binaria y la patologización de cualquier otra identidad. El segundo mito es: “una persona trans solo puede co- nocer su identidad de género después de los dieciocho años” (ibíd.). De acuerdo a la autora, este mito refuerza el adultocentrismo y segrega a los menores de edad en su condición de sujetes disidentes. El tercer mito dice que “la transexualidad es una patología” (27), vinculando transexualidad con enfermedad mental; finalmente, el cuarto mito dice: “las personas trans solo transicionan, o lo hacen en razón de su orientación sexual” (28). Resulta valioso que la autora refuerce una postu- ra antiesencialista; esto significa que no puede haber una homogenización del ser trans ni menos una única vivencia trans. La diversidad y el antiesencialismo se arraigan a la escritura de Valdés, permitiendo con ello escapar de una caracterización identitaria excluyente que limite la experiencia de vida de un sujete expuesto a la constante violencia. El eje argumentativo global del volumen es la afir- mación de una identidad de género en todas las per- PATRICIA ESPINOSA Crítica literaria y académica del Instituto de Estética de la Universidad Católica de Chile. libros sonas, una vivencia de cuerpo. De acuerdo a ello, será posible afirmar que no existe nadie que carezca de una percepción respecto a su propio género. A lo anterior, hay que agregar que el sexo asignado al nacer no tiene una correlación obligatoria con el género (ibíd.), salvo en un mundo que impone como norma la heterosexua- lidad y la cisgenericidad. Las instituciones, por tanto, son las principales res- ponsables de la exclusión y discriminación de personas trans. Consiente de las dificultades que enfrenta y ha enfrentado para lograr cambios, Valdés no abandona jamás su actitud pedagógica y su energía activista. De ahí que se agradezca que se enfoque no solo en las per- sonas trans, sino también en una diversidad de margi- nadxs por la ley y la sociedad. Queda claro después de leer estas páginas que el camino para conseguir la no-dis- criminación es muy largo. ¿Un cuerpo equivocado? es un libro importante que nos aproxima a la colectividad trans desde una voz en primera persona generosa no solo en el relato de su vida como mujer trans, sino en su discurso teórico sólida- mente fundado, el que sin duda aporta en demasía a comprender los fundamentos discursivos y experiencia- les de la identidad transgénero. ¿Un cuerpo equivocado? Identidad de género, derechos y caminos de transición Constanza Valdés La Pollera, 2021 126 páginas
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