Palabra Pública N°35 agosto - septiembre 2025 - Universidad de Chile
palabra crítica W alter Benjamin nos recordaba a inicios del siglo xx que “todo documento de cultura es un documento de barbarie”. ¿Qué significaría en ese marco pensar una imagen documental? Bien podríamos decir que la premisa benjaminiana ha hecho andar parte importante de los documentales del siglo xx y xxi, en la lucha por construir un testimo- nio sensible de aquello que acalla el avance de la historia: la destrucción y la barbarie que la secunda. Ahí están las imágenes de los campos de concentración en Auschwitz tempranamente formulados en Noche y niebla (Alain Resnais, 1956) y en la extensa y fundamental Shoah (Claude Lanzmann, 1985); los crímenes de Pol Pot en Camboya en S-21: La máquina de matar de los jemeres rojos (Rithy Panh, 2003); omás cer- ca, la reconstrucción de los hechos ocurridos en la dictadura de Pinochet a través de documentales como La memoria obstinada (Patricio Guzmán, 2001), Calle Santa Fe (Car- men Castillo, 2007) o El edificio de los chilenos (Macarena Aguiló, 2008). Lo que tienen en común estas imáge- nes es que formulan una memoria de aquello que no se puede olvidar, una memoria de la catástrofe; y que desde ahí han construido un discurso específico sobre el lugar de la imagen documental en el mundo. Quizás, en ese sentido, la pregunta no debiera centrarse tanto en “¿qué es una imagen documental?”, sino más bien en otras como ¿qué puede una imagen documental?. ¿A quién se debe una imagen documental? ¿Cómo construir imágenes justas sobre deter- minados testimonios o hechos de las distintas catástrofes de nuestra época? Estas inquietudesme surgenapartir del documental Memoria implacable , de Paula Rodríguez Sickert (1963), un trabajo que aborda la usurpación, colonización y luego genocidio de parte importante de la comunidad mapuche en el llamado “proceso de pacificación de la Araucanía”, perpe- trado entre los años 1862 y 1885 por los E stados de Chile y Argentina. Se trata de un tema todavía poco documen- tado, y menos aún reconocido por la sociedad y el orden institucional chi- leno, tema central, por lo demás, de los desacuerdos políticos del primer proceso constituyente (2021-2022), y que hoy está en el fondo del conflicto y militarización de la Araucanía. El documental de Rodríguez Sickert tieneporprotagonistaa lahistoriadora Margarita Canio Llanquinao, cuya investigación entrelaza la reconstrucción del relato de esta colonización con el rescate de saberes ancestra- les de la cultura mapuche. A través suyo, hacemos un recorrido por las tierras usur- padas y por la historia de un despojo que aquí es narrado en la voz de las propias comu- nidades a modo de memoria oral. Como dice Margarita, su rol es “traducir la memoria oral a la historia escrita” mediante el en- cuentro con comunidades, lonkos y familias de ambos lados de la cordi- llera. De esta forma, el documental se establece como una investigación mediada por la mirada y reflexión de la historiadora. iván pinto Crítico de cine e investigador. Académico de la UniversidadMayor. Memoria implacable, de Paula Rodríguez Sickert Cultura y barbarie cine “ Memoria implacable interroga cuál es la forma y narración específica para construir un documento de la barbarie. Aquí se pone en juego una estética del documento que rescata vidas sepultadas en el silencio, cuyas historias hoy reclaman justicia y responsabilidad”. 60
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