Palabra Pública N°35 agosto - septiembre 2025 - Universidad de Chile
D e este lado de la cordillera observamos con cierto espanto cómo, en Argentina, viene en ascenso un poder fascista que creíamos haber enterrado para siempre. A diferencia del siglo pasado, este poder autoritario se viene expandiendo con las banderas de la libertad. No asume el viejo rostro de los fascismos clásicos en los que observábamos a un líder conectado espi- ritualmente con una masa enardecida de fieles seguidores. Muy por el contrario, viene escudado con las consignas de la libre expresión, la defensa de la propiedad privada, el acceso al consumo y la libertad individual. Es decir, se sostiene gracias a una serie de valores supuestamente de- mocráticos e inoculados en nuestras sociedades durante los últimos 50 años. ¿Por qué digo supuestamente demo- cráticos? Porque todas estas consignas son el resultado de un experimento imposible llamado democracia de libre mercado. Este experimento social es harto conocido aquí en Chile, uno de los países elegidos por el poder imperial para su implementación más salvaje. Nunca hay que ol- vidar que el verdadero rostro de la dictadura de Pinochet siempre fue la implementación de un poder neoliberal, es decir: libertad de empresa y libertad de consumo. ¿Por qué hago todas estas asociaciones entre Chile y Argentina, y entre ambos momentos históricos, dictadu- ras cívico-militares y democracias neoliberales? Porque nuestra lectura del fascismo actual se quedaría trunca si no somos capaces de entenderla dentro de un arco tempo- ral más amplio. Y la verdad que nos arroja este ejercicio de lectura en perspectiva histórica es algomuy elemental: que detrás de todo poder fascista u autoritario hay una clase do- minante que lo hace posible. En el pasado era definido como un poder reaccionario, contrario a las consignas republicanas de la libertad, la fraternidad y la igualdad. Pero en la actualidad, ha sabi- do colarse entre las consignas revolucionarias y usarlas para sus propios fines. Cuando las clases dominantes go- biernan en nuestros países solemos hablar de repúblicas oligárquicas, esto es, repúblicas que hacen del derecho y las instituciones instrumentos de exclusión social y domi- nación política y económica. EnAmérica Latina, este poder oligárquico tiene sus propias especificidades, a saber: la acumulación por desposesión. Grandes masas poblacio- nales son desposeídas de derechos básicos tales como el derecho al territorio, la salud, la educación o la vivienda con el único propósito de garantizar un vínculo exclusivo entre la oligarquía y el capital. La riqueza de los territorios queda en manos de las clases dominantes para usos priva- tizados (como el caso del agua en Chile) o se las ofrece al poder corporativo internacional (como el caso del litio en Argentina o Bolivia). El ascenso del nuevo fascismo, por tanto, no expresa ninguna novedad en términos absolutos. Siempre ha sido una estrategia de dominación oligárquica que emerge para frenar experiencias de gobiernos populares o fuerzas re- volucionarias. Así sucedió con la Europa occidental de los años 20 del siglo pasado, con el socialismo democrático de Salvador Allende en Chile o con el gobierno peronista en Argentina. Y así está sucediendo ahora mismo en el mun- do, tras los estallidos sociales que no dejan demultiplicarse desde que arrancó el siglo xxi. Pero este fascismo sí expre- sa una novedad en términos coyunturales. Tiene un nuevo enemigo declarado: las feministas. Por eso, cada vez que escuchen a una voz pública elaborar consignas contra el feminismo, solo deben rascar un poquito para ver cómo se conectan las odas al mundo libre con este nuevo fascismo libertario. Es verdad que las feministas no somos sus úni- unantídoto contra el fascismo columna Frente al ascenso de las ultraderechas, el desafío no es ahondar divisiones ni ali- mentar fantasías de odio, sino encontrar los lazos que nos unen como seres huma- nos. En esa tarea, el feminismo es esencial: entendido como un impulso universalista, puede convertirse en una fuerza capaz de reconstruir la libertad sobre cimientos de igualdad y fraternidad. luciana cadahia Filósofa argentina. Doctora en Filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid. Algunos de sus temas de estudio son la estética, lo popular, el populismo y el pensamiento político contemporáneo en América Latina. 32
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