Palabra Pública N°35 agosto - septiembre 2025 - Universidad de Chile

Tal vez también veríamos una guerra, de esas que parecen atemporales, siempre presentes, como si no tu- viésemos memoria (que, por lo demás, también se puede estudiar desde sistemas complejos). Es difícil creer que vivimos en el mismo planeta cuando vemos el dolor de la guerra. Yo escribo esto, y al mismo tiempo, el movimiento de no sé cuántos niños y niñas, bebés, de toda existencia se está deteniendo, sin vuelta atrás... Ahí es cuando quisiéramos detener el tiempo... pero no podemos. A veces dan ganas de dejar demirar por el retrovisor. Nos duele mirar, pero al mismo tiempo nos mueve. Por- que también vemos a la señora Rosita, que nunca ha dejado de trabajar para dar mejores oportunidades a los suyos. O a Cristina, que lleva años luchando contra la trata de personas. Haymuchomal, sí. Pero también existe el bien. ¿Y si el bien y el mal fueran parte de un movimiento? ¿Algo que se conserva, como en las leyes físicas? ¿Habrá alguna simetría, como la del teorema de Noether, que nos ayude a entender por qué ocurre lo que ocurre? Por cierto, para “ver” lo que hacía la matemática alemana Emmy Noether (1882-1935) en su época tendríamos que tele- transportarnos instantáneamente a más de 100 años luz de distancia. ¡Uf! Esa visión sí que no me la pierdo. Su historia es fascinante. Logró todo lo que logró a pesar del tiempo en que vivía. Fue pionera. Fue valiente. Fue esencial. Y como muchas grandes revoluciones científicas, su legado nació de pensar lo impensable, de hacerse preguntas incómodas, de desafiar lo establecido. Y hablando demirar atrás... Más o menos allí mismo, casi en ese mismo tiempo, podríamos ver a un joven Werner Heisenberg en 1925 pro- poniendo una nueva forma de entender el mundo cuántico (es decir, proponiendo lamecánica de lamecánica cuántica). Tenía menos de 24 años, un reciente doctorado (¡a los 21!), y venía de pasar unbochorno en sudefensa de tesis. No existía Instagram, pero las noticias se movieron y llegaron a toda la comunidad científica. Y un poquito más atrás en el tiempo, veríamos también otras preguntas que cambiaron por completo el rumbo de nuestra especie: ¿Y si las cargas en movimiento generan campos magnéticos? Así nació el electromagnetismo, de dos fenómenos que se entendían por separado, pero que al final eran complementarios, intrínsecamente unidos. ¿Y si lamisma ley que hace caer unamanzana rige el movimiento de los planetas? Así pensó Newton, y fue extraordinario. ¿Y si no es el Sol el que gira alrededor de la Tierra, sino al revés? Así pensaron Copérnico y luego Galileo… y ya sabemos que casi rodaron sus cabezas. Grandes revoluciones científicas han nacido de pensar diferente, de cuestionar la inercia, el movimiento de lo que es y debe seguir girando así como viene. Lo mismo pasa en muchas otras dimensiones humanas, políticas, religiosas. Al parecer, elmovimientonoes tanuniformecomopensá- bamos. El universo está enmovimiento, y nosotros también. Quizás no basta con describir el movimiento. Quizás necesi- tamos entender su causa... Y si hay un gran propósito detrás de esa causa primordial. Y sin embargo, todo siguemoviéndose. Como el universo, como la historia, como la luz. A veces lento, a veces impredecible. Pero siempre hacia algún lugar. Parece el final del texto, pero quizá—como tantas cosas en física— lo que vemos… es solo el comienzo de algomás. Fabián Rivas 11

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