Palabra Pública N°35 agosto - septiembre 2025 - Universidad de Chile

C omoocurre con tantas cosas enfísica, loque vemos no siempre representa la realidad. La Tierra parece plana, pero no lo es. Parece que el Sol gira a nuestro alrededor, pero es al revés (casi). La luz parece com- portarse como una onda… pero también se comporta como partícula. Y el paso del tiempo… el paso del tiempo cambia según la velocidad y el campo gravitatorio. De hecho, para un fotón —esa pequeña partícula que compone la luz— el tiempo no transcurre, debido a la ve- locidad con la que se mueve. Desde lo que sería su “punto de vista”, si pudiéramos definir uno, nace y llega sin experi- mentar el paso del tiempo. Fascinante, ¿no? ¿Cómo puede ser? Que la luz, que nos revela el universo, toda su historia, de lo más pequeño a lo más grande, y todo lo que ocurre dentro, en su esencia, no experimente eso que estudia. Yo no sé si lo entiendo muy bien. ¿Sabían que en pleno siglo xxi no sabemos si la veloci- dad de un fotón de ida es igual a la de vuelta? La famosa velocidad de la luz es, en realidad, un acuerdo (que funcio- namuy bien, pero un acuerdo al fin). En el paper original de 1905, Albert Einstein se da cuenta de que solo puede definir la velocidad del haz en un trayecto ida y vuelta. La conven- ción actual es asumir que no hay un sentido privilegiado. Podría ser que la luz saliera de la Tierra a una velocidad distinta que si viniera hacia ella. ¿Qué tan loco sería eso? ¿Afectaría nuestra percepción del movimiento? Eso sí, esto no debería alimentar conspiraciones absurdas. La ciencia es ciencia, y dentro de ella, la duda es valiosa. Pero extra- polar sin rigor puede transformarse en fraude. De todos modos, en cualquiera de los dos escenarios, no cambiaría el resultado de ningún experimento concebible. Ante esto, me hago una pregunta filosófica: ¿existe realmente el tiempo? ¿O depende de la referencia desde donde lo observamos? Parece que el tiempo tiene que existir, porque sin él no habría movimiento. Y sin movimiento, no habría causa y efecto; no habría un existir, un proceso. ¿Podemos encon- trar una causa inicial que sea atemporal, fuera de nuestro movimiento?Yo creoque sí, peroesa es harinadeotro costal. Volvamos a lo que nos convoca. En física estudiamos el movimiento con devoción. Lo periódico, como nuestro fiel compañero de aventuras: el oscilador armónico simple. Pero también estudiamos lo aparentemente caótico, lo que escapa a nuestrosmodelos, lo que no se deja predecir: la dinámica no lineal. Peroelmovimientono solo tiene que ver con loque sedes- plaza físicamente. También semueve la historia. Semueven las ideas, las reglas, las luchas. El tiempo, el movimiento y la evolución van de lamano. Hagamos un ejercicio: imaginemos que nos podemos te- letransportar instantáneamente a la Luna, y queremos ver nuestro hogar, la Tierra. Veríamos el pasado, es decir, la luz que salió de la Tierra 1,28 segundos antes de teletranspor- tarnos, debido a que eso es lo que tarda la luz en recorrer la distancia entre ambos cuerpos. La luz es rápida, muy rápida, pero ¿más rápida que el prejuicio? Habría que preguntarle a Einstein… o, así como vamos con la historia, a Mileva, su primera esposa, con quien discutía tanto sobre relatividad, que quizá estemos olvidando su nombre en varios artículos. Como decía, lamisma historia tienemovimientos. Si miráramos 1,28 segundos hacia atrás, desde nuestro sillón de espectadores, seguiríamos viendo a personas que no “creen” en las brechas de género. Como si la desigualdad fuera una opinión, un invento. Como si decir que aún faltan más de 130 años para lograr equidad fuera una exagera- ción, o peor aún, una alucinación. Y en esamisma línea, hay quienes creen que luchar por la equidad atenta contra lame- ritocracia. Y así, seguimos, con avances y retrocesos, ideas viejas y nuevas. Todo al mismo tiempo. Enfísica estudiamos elmovimiento condevoción. Pero este no solo tiene que ver con lo que se desplaza físicamente. También semueve la historia, las ideas, las reglas, las luchas. El tiempo, elmovimiento y la evolución vande lamano. carla hermann avigliano Física especializada en ópti- ca cuántica experimental y teórica. Académica de la U. de Chile e investigadora aso- ciada del InstitutoMilenio de Investigación en Óptica (miro). En 2017 obtuvo el premio L'Oréal-unesco a Mujeres en Ciencia Chile. y sin embargo, semueve columna 10

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