Palabra Pública N°34 mayo-junio 2025 - Universidad de Chile
palabra crítica N eige Sinno (1977), escri- tora francesa radicada en México, autotraduce su libro Triste tigre , en el que relata de manera fragmentaria su infancia y, sobre todo, reflexiona sobre el alcance que en su vida tuvie- ron los abusos y violaciones sufridos por ella desde los siete años hasta la adolescencia, a manos de su pa- drastro, un montañista y amante de la naturaleza que puertas afuera era un vecino respetado y querido por su pequeña comunidad rural. Se trata de un libro provocativo, inusual, y esta calidad se marca des- de las primeras líneas. Sinno, dura y concisa como Annie Ernaux, abre su texto con esta frase: “Porque a mí también, en el fondo, me parece más interesante lo que sucede en la cabeza del verdugo”. Alude po- siblemente a un episodio de 2022, cuando a Cristina Rivera Garza le dieron el Premio Xavier Villaurrutia en México y en el acto de entrega, el escritor Felipe Garrido tuvo la horri- ble idea de quejarse de que en el libro no se indagara más en la psicología del asesino de la hermana de Rivera Garza, Liliana. Argumentó que el asesino le parecía más interesante literariamente. La escritora le res- pondió de inmediato: “Tenemos que verlas siempre a ellas, no a sus asesi- nos. A ellos los vemos en todos lados, ellos tienen demasiada prensa”. El “porque” que usa Sinno, apa- rentemente injustificado, parte de una frase trunca, parece responder a esa polémica. Se trata de unas lí- neas inesperadas, que en este libro operan con la potencia de una llave, y esta llave abre puertas a las que quizás no nos guste asomarnos. En la escritura de Sinno, el deseo de saber lo que pasa por la cabeza del violador es más que un gatillador literario; va abriendo capas y capas de reflexiones en torno a los con- ceptos de víctima, consentimiento, memoria, justicia, en un tono entre narrativo y ensayístico que cautiva desde el principio por su desgarra- dora sinceridad y autocrítica. En este libro, ponerse de cara al monstruo es algo más que un impulso personal y estético, ya que se trata, también, de rasgar lo que callamos socialmente, con una atención y cuidado únicos sobre la propia escritura. Tal vez solo alguien que ha vivido en carne propia la violencia tiene permiso para hacer ciertos gestos. Para provocar. Para remover, desde un lugar muy preciso y justificado, lo que entendemos por violencia, pero también por literatura. Como otras autoras recientes que han decidido escribir, ya sea desde el tes- timonio, la novela o la autoficción, sobre la violencia sexual vivida en carne propia (y aquí pienso en va- rios libros de gran impacto en los últimos años, como Por qué volvías cada verano , de Belén López Peyró, El consentimiento , de Vanessa Sprin- gora y Dejé de llamarte papá , de Caroline Darian), Neige Sinno mira de frente a su agresor sin esperar la verdad. Sus exploraciones por la memoria eventualmente conti- nuarán y los hechos traumáticos y dolorosos seguirán obrando en ella, encontrando nuevas ramificacio- nes, caminos y desvíos. La autora convoca diversos proce- dimientos: utiliza recortes de diarios provinciales que la muestran de niña en una inocente nota turística, usa cartas, archivos parciales que son apenas recortes, instantáneas de un proceso largo y doloroso, sorpren- dentemente oculto y expuesto a la vez. Trata así de definir, según dice, qué hacer con lo que le han hecho. Qué palabras darle a su experiencia: “No me gusta escribir en esta forma autobiográfica. A menudo quisiera escapar de esta primera persona del singular para refugiarme en un plu- ral, sea cual sea. No quiero tener la desagradable impresión de que es- toy contando mi vida ”. Aun así opta por la escritura en primera persona libro lorena amaro Crítica literaria y profesora del Instituto de Estética de la Universidad Católica de Chile. Triste tigre, de Neige Sinno Escribir desde el odio 54
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