Palabra Pública N°34 mayo-junio 2025 - Universidad de Chile
Instituto Tele Arte. Serrano 686, Santiago El barrio 10 de julio, con sus flujos eternos de autos tuneados, mecánicos aca- lorados y bullicio constante, es la meca automotriz de Santiago. Sin embargo, no solo los motores lo llenan de vida. Doblando por Serrano, en el número 685, levanta sus cortinas metálicas el Instituto Tele Arte, galería de arte indepen- diente que hace muy poco recibió la Beca para Organizaciones de la Fundación Ama Amoedo (Uruguay). Desde su fundación en 2016, este espacio creado por Enrique Flores y Sebastián Salfate se ha convertido en un estandarte del circuito de exhibición al sur de Santiago Centro—junto a proyectos como Casona Lagos Lira (Pedro Lagos 396), Galería Animita (Maule 669) o SagradaMercancía (Sazié 2065)— con exposiciones que, siguiendo la línea de Galería Metropolitana, dia- logan constantemente con el entorno popular que habitan. La beca les permitirá financiar residencias y exhibiciones de artistas emergentes de Chile, Argentina y Puerto Rico a lo largo de 2025, en un año que promete llenar de experiencias artísticas el frenesí cultural de Santiago. —Gabriel Godoi Colecciónmac: Memoria habitada, enmac Parque Forestal A 50 años de su llegada a la sede del Parque Forestal, el Museo de Arte Con- temporáneo de la Universidad de Chile propone un diálogo entre obras de su colección y la Escuela de Bellas Artes, institución que fue el núcleo de la escena artística chilena durante la primera mitad del siglo xx y huésped original del edificio. En Colección mac: Memoria habitada , que se despliega por el primer piso de la sede, se exploran los surgimientos de prácticas in- terdisciplinares, las transformaciones en los enfoques de la enseñanza de las artes visuales y los vínculos entre estudiantes y profesores, a través de obras de Carlos Ortúzar, Eduardo Martínez Bonati, Gonzalo Díaz, Ana Cor- tés, Valentina Cruz, Nury González y Marta Colvin, entre muchos otros. Esta investigación curatorial se sitúa entre las décadas de 1920 y 1980, e incluye pintura, escultura, grabado, instalaciones y dibujos que cruzan dos historias que ocurren en un mismo espacio: la de los edificios y la del arte. Hasta el 20 de julio. Entrada liberada. —Domingo Fuentes El tarambana, de Yosa Vidal. Ediciones Overol, 2025. 220 páginas En esta novela repleta de máscaras, Concha Baeza, que es también Graciel, Gra- ciánGarcía, Gabriel yGalo, es una variante de un cuerpo que, si bien es elmismo, muta. Protagonista de El tarambana , mujer, hombre, y siempre plástico, a la vez que la circunstancia le obliga a trocar su identidad, muda con gracia sus pie- les, oficios y el suelo donde cada tanto se asienta en busca de pan y un techo a cambio de trabajo honesto. Lejos de obtener justa recompensa, Concha Baeza, travesti, nómade y lázaro, en plena mitad del siglo xx en Chile y obsesionado con los versos del Siglo deOro español, habla en la lengua de las églogas o los en- tremeses; un español antiguo que, sin añoranza de años dorados ni tampoco de mesianismos, extraña a todo quien lo oye y lee. En esta novela de formación—y qué acierto de la editorial Overol en reeditarla—, Yosa Vidal construye una voz camaleónica y entrañable, que con el don de la palabra y la escucha le hace fren- te al horror y a la violencia sistemática del patronazgo chileno. —Gabriel Lane 49
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