Palabra Pública N°34 mayo-junio 2025 - Universidad de Chile

por pilar barba Vicerrectora de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile tan lejos, tan cerca editorial las conexiones neuronales y los misterios de la díada cebre- ro-cuerpo,mientras que BrankoMilanović, eminencia de los estudios sobre la desigualdad, se explaya sobre las distancias abismales que separan a los más ricos y a los más pobres. El filósofo italiano Emanuele Coccia, en tanto, afirma que los problemas de nuestro siglo ya no pueden resolverse a nivel nacional: es necesario pensar estructuras planetarias que permitan enfrentar los retos contemporáneos. El auge de la inteligencia artificial también es un asunto que, desde hace varios números, hemos querido analizar. El reportaje “Apegos virtuales” da pie para preguntarse por las formas en que lidiamos hoy con la soledad y por el sentido de las conexiones humanas; mientras que el artista visual Felipe Rivas San Martín nos muestra cómo la ia puede ser utilizada para crear nuevos lazos entre archivo ymemoria. En paralelo, con este número nos sumamos a uno de los grandes eventos que tenemos en 2025 como Universidad de Chile: ser los invitados de honor de la Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios (Filuni), que se realizará entre el 26 y el 31 de agosto en la Universidad Nacional Autónoma deMéxico. A través de un especial, qui- simos preparar el camino hacia este encuentro fundamental para la circulación de ideas y saberes en Iberoamérica, y en el que participaremos con más de 60 actividades que pro- fundizarán en los vínculos entre Chile y México. Estaremos presentes con una delegación de importantes personalida- des provenientes de la academia y la cultura; así, buscamos representar la diversidad de voces que habitan tanto en nuestra universidad como en nuestro país. Estenúmeroproponeuna seriedemiradas que interrogan nuestras relaciones con los demás, con el entorno y con la época que vivimos. Desde la Universidad de Chile, creemos que para reconstruir el tejido social y enfrentar los desa- fíos de este siglo debemos cultivar la empatía y el diálogo. Estar conectados, a fin de cuentas, implica contar con es- pacios donde sea posible debatir sobre lo que nos une y lo que nos diferencia. Romper el aislamiento en una era hiper- conectada es una tarea colectiva que requiere un cambio de enfoque: poner en el centro la calidad de nuestros vínculos para desterrar la soledad y la desconexión enunmundo que, paradójicamente, nunca ha estado tan cerca. ¿Q uién no anhela separar trabajo y vida privada? Severance , la famosa serie te- levisiva, explora esta idea desde una premisa radical: los empleados de una empresa dividen sus recuerdos laborales y personales gra- cias a un sencillo procedimiento médico. Lo que a primera vista pareciera funcional tanto para la productividad como para la salud mental desemboca, paradójicamente, en aislamiento y vacío existencial. En tiempos en que la hiper- conexión difumina los límites que separan la vida personal y el trabajo, en que la soledad ha sido calificada como una epidemia y en que el uso de antidepresivos se hamasificado, la premisa de esta serie resuena con fuerza. La digitalización de las comunicaciones humanas —que conlleva una disminución de las experiencias reales y de los recuerdos compartidos— ha fomentado una aparente desconexión entre los seres humanos. Gracias a las mejoras en la comunicación y el transporte podemos sortear las dis- tancias como nunca antes. ¿Pero cuán conectados estamos entre nosotros y con nosotros mismos? Esta pregunta es la que guía el número 34 de Palabra Pública , una edición en la que proponemos diversas formas de analizar el concepto de conexión, ideaque inspira también la ilustracióndeportada, creada por el destacado artista Pablo Delcielo. A través de entrevistas, columnas y reportajes, explora- mos qué significa hoy, en un mundo saturado de estímulos, estar conectados. El escritor argentino Martín Kohan, por ejemplo, plantea que al no poder dejar de mirar el celular se nos está escapando la experiencia del mundo y estamos “cada vezmás impedidos de conectar con algo que enverdad nos importa”. Ese agobio que produce la hiperconexión tam- bién se manifiesta cuando vemos la infinidad de imágenes atroces que circulandeGaza. Es lo que propone la teórica del arte PaulaArrieta: la “inconmensurable crueldaddelmundo conectado”, que, como una paradoja, nos sume en una total incapacidad de acción. En el ámbito de las ciencias, el biólogoMiguel Allende nos recuerda que nuestra conexión genética trasciende a la es- pecie humana, que el árbol de la vida es uno solo y que esto nos vincula histórica y biológicamente con el resto de las especies. La neuróloga Andrea Slachevsky, a su vez, explora

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