Palabra Pública N°34 mayo-junio 2025 - Universidad de Chile
dios de violencia de la historia de Chile—; hasta sus trabajos más recientes con el colectivo Estudio San Martín, como El predicador artificial (2023). Varios de estos trabajos son hoy parte de las colecciones del Museo Reina Sofía (España), el 21c Museum (Estados Unidos), el Museo de Arte Contempo- ráneo (Chile) o el muntref (Argentina). Pareciera que todas las inquietudes de Rivas cobraran vida en su última obra, Un archivo inexistente (uai), para la cual, entre 2022 y 2024, realizó el ejercicio de pedirle al modelo de inteligencia artificial Stable Diffusion que creara imágenes de parejas latinoamericanas homo- sexuales de clase trabajadora de hace 100 años. Al inicio, la ia le entregaba fotografías de apariencia antigua, pero con piel clara, pelo rubio y ropa elegante, demostrando los sesgos culturales del algoritmo. Esto lo obligó a espe- cificar más los prompts que ingresaba. Decidió mantener, sin embargo, los errores y distorsiones que se generaban, como una manera de reforzar la imposibilidad de las esce- nas representadas. El resultado son 108 imágenes o falsas fotografías, que han sido expuestas en México, Brasil, Es- paña y Reino Unido, y que aparecen ahora reunidas en un libro publicado por Écfrasis Ediciones. Suele predominar la idea de que el mundo digital provoca una desconexión entre las personas, pero no se puede negar que la tecnología también genera co- nexiones culturales. En Un archivo inexistente hay una utilización de la ia para influir de manera más cons- tructiva, incluso como resistencia política. —Uno podría decir que es un proyecto que genera otras representaciones del pasado homosexual, que rei- C uando en 1924 el historiador del arte alemán Aby Warburg comenzó a reunir las más de dos mil imágenes que constituirían su Atlas Mnemosyne , no advertía todas las maneras en que habría de revolucionar la noción de “historia". Donde esta aparecía antes organizada bajoun sistema cerrado con criterios fijos, como un catálogo del pasado, la técnica utilizada por War- burg se acercaba más a un ejercicio artístico, una libertad de juego para desordenar las imágenes y buscar nuevas conexiones intuitivas que trascendían la visión lineal del tiempo. No extraña, por lo tanto, que su recuperación a partir de los años 70 haya modificado para siempre la manera en que concebimos el pasado, las imágenes y, por lógica, también a nosotros mismos. Su ejemplo es prueba de que los cruces entre archivo y arte forman quimeras extrañas, con el poder de deconstruir viejos saberes y en- contrar nuevas conexiones de sentido. Traigamos ahora los trances warburgianos a nuestro tiempo, marcado por cuestionamientos a las representa- ciones excluyentes, la proliferación de archivos personales digitales y la compleja llegada de la inteligencia artificial. En ese cruce está la obra de Felipe Rivas San Martín (1982), ar- tista chileno radicado enBarcelona, quienen susmás de dos décadas de trayectoria ha explorado los vínculos entre tec- nología, disidencia sexual y archivo, desde sus inicios como fundador del histórico Colectivo Universitario de Disiden- cia Sexual (cuds, 2002-2019); pasando por sus Pinturas de interfaz (2010-2017)—donde internet aparecía insólitamen- te representado desde la tradición de la pintura—; la serie Niveles de resistencia al daño. QueeR Codes (2013) —en que la inmunidad virtual de los códigos qr problematizan episo- 23
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