Palabra Pública N°34 mayo-junio 2025 - Universidad de Chile
En Metamorfosis exploras la idea de la continuidad de la vida y la interconexión de todos los seres. ¿Cómo crees que esta perspectiva puede ayudarnos a replan- tear nuestra relación con el mundo natural? —Quería describir lo que llamamos vida partiendo del paradigma de lo que los entomólogos llaman insectos holometábolos, es decir, insectos que sufren una trans- formación radical de la anatomía y la fisiología de su cuerpo durante su vida. Hay algo extraño en una oruga que se transforma en mariposa. Gracias a la metamor- fosis, el mismo yo es capaz de vivir en dos cuerpos que no pueden armonizarse; está definido por dos identida- des morales opuestas, se siente cómodo en dos mundos incompatibles. Esto es lo que me interesaba, sobre todo: los insectos nos enseñan que la vida no puede reducirse a una única identidad anatómica, etológica o ecológica, sino que siempre nos permite pasar de una cara a otra, de un ethos a otro, de un mundo a otro. Viceversa, la dis- continuidad morfológica, ecológica y ética no es capaz de fracturar la unidad sustancial (también psicológica) de la vida. En el fondo, la metamorfosis es también la estructu- ra de la relación que, a partir de Darwin, la biología debe ser capaz de considerar entre las especies: cada especie no tiene nada de original, es la modificación de una for- ma que ya existía, literalmente su mariposa. ¿Por qué te interesó explorar esta idea de meta- morfosis? —Porque es la estructura de relación que todos los seres vivos tienen con la Tierra: la vida en su totalidad no es más que el capullo de esta enorme oruga que es Gaia. Ahora bien, la universalidad de esta estructura, a menudo invisi- ble, es el efecto inmediato de un hecho extremadamente banal, al que, sin embargo, prestamos muy poca atención: E manuele Coccia (Fermo, Italia, 1976), doctor en Filosofía Medieval y profesor adjunto en la École des Hautes Études en Sciences Sociales (ehess) de París, conoce Chile, país al que ha venido va- rias veces. Estuvo aquí por última vez en 2023, ocasión en la que, en una conversación en Cabo de Hornos, afirmó que Sudamérica se está transformando en un lugar “para pensar un futuro distinto”. Autor de ensayos como La vida de las plantas (2017), Metamorfosis (2021) y Filosofía de la casa . El espacio doméstico y la felicidad (2024), Coccia concedió esta entrevista para reflexionar sobre el tiem- po y el espacio que compartimos todos los seres vivos y sobre la urgencia de habitar el mundo con sentido de pa- sado, presente y futuro. Gracias a su escritura cuidada y sus ideas originales —que comparte mensualmente en el diario francés Li- bération —, el filósofo italiano se ha convertido en una de las figuras más interesantes del pensamiento contempo- ráneo, sobre todo desde la publicación de Metamorfosis , libro traducido a más de una decena de idiomas y en el que plantea, a grandes rasgos, que todas las formas de vida en la Tierra están interconectadas. “Cada especie es un mosaico de pedazos sacados de otras especies. Nosotros, las especies vivientes, jamás hemos dejado de intercambiar piezas, líneas, órganos, y lo que cada uno de nosotros es, lo que llamamos ‘especie’, es solo el con- junto de las técnicas que cada ser vivo tomó prestado de los otros”, explica en su ensayo. En medio de la crisis climática, cultural y política global, su “filosofía de la naturaleza” retoma saberes de la Grecia antigua, de los pueblos originarios y de la vida urbana, cues- tionando la separación entre humanidad y entorno. Desde este cruce, Coccia invita a pensar creativamente un mundo donde “las viejas estructuras se están derrumbando”. 9
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