Palabra Pública N°33 dic 2024 /ene 2025 - Universidad de Chile

palabra de estudiante E n la universidad, las garantías académicas emergen como respuesta a conflictos latentes, como un intento de equilibrar derechos en un espacio donde el co- nocimiento debería ser accesible para todos. Son medidas que, en principio, buscan justicia y equidad, y que his- tóricamente han sido impulsadas por las movilizaciones estudiantiles. Sin embargo, en su devenir, estas garantías se han transformado, entrelazándose entre sí y con las demás dinámicas de la vida estudiantil. ¿Qué sucede cuando lo que una comunidad concibe como un de- recho propio encuentra resistencia dentro del mismo espacio que debería sostenerlo? Las garantías aca- démicas se han convertido en una herramienta indispensable para que los estudiantes puedan sortear las des- igualdades estructurales que persisten incluso dentro del ámbito académico. Para algunos docentes, sin embargo, estas mismas garantías pueden perci- birse como una amenaza a la exigencia académica o una complicación logísti- ca en la organización de sus cátedras. En este choque de perspectivas, el con- flicto no radica tanto en los objetivos, que suelen ser comunes, sino en las formas de entenderlos y priorizarlos. En la Facultad de Filosofía y Huma- nidades, pionera en la implementación devariasdeestasmedidas, lasgarantías han surgido de luchas colectivas, como los ajustes en los calendarios académi- cos o las flexibilidades evaluativas. Sin embargo, con el tiempo, su implemen- tación ha revelado tensiones internas. ¿Qué ocurre cuando una garantía se burocratiza al punto de volverse inac- cesible? ¿Ocuando se utiliza demanera oportunista, alejándose de su propósi- to original de justicia y equidad? Estos desvíos no son meramente anecdóti- cos; representan el riesgo inherente a cualquier sistema de derechos que no sea constantemente revisado y discu- tido por la comunidad que lo sustenta. En este contexto, las garantías aca- démicas dejan de ser herramientas neutrales y se convierten en espacios de disputa, reflejando las desigualda- des y tensiones propias del entramado universitario. Más allá de los argumen- tos, lo que subyace es un conflicto de perspectivas: mientras algunos ven en ellas un mecanismo para democra- tizar la educación, otros las perciben como obstáculos que atentan contra la excelencia académica o la viabilidad operativa de las instituciones. La solución al conflicto requiere de participación estudiantil y los es- pacios de representación de los que disponemos son clave. Es ahí donde las garantías pueden ser defendidas y reimaginadas. Solo con un estu- diantado presente podemos defender nuestros derechos mientras promove- mos políticas inclusivas y efectivas. Finalmente, nos equivocamos cuan- do vemos las garantías como la meta. Estasdebenservirdeherramientaspara alcanzar nuestro verdadero y común objetivo de construir una universidad más justa, donde la educaciónsea en to- das las unidades académicas accesible, equitativa y de calidad. En ese sentido, debende estar disponibles a ser discuti- das, repensadas y reformuladas. reimaginar las garantías antonio urrutia de la barra Exmiembro del Centro de Estudiantes y Con- sejero de Escuela de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile 54

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