Palabra Pública N°33 dic 2024 /ene 2025 - Universidad de Chile
moldeadapor lapropaganda industrial y el consumismo. Es a partir de esta ne- gatividad que surgió un humanismo primitivista que identificaba el amor como el último recurso de lo humano. Han pasado más de 60 años desde que Simondon planteó estas pregun- tas y aún siguen sin resolverse. Peor aún, han quedado ocultas tanto por el optimismo tecnológico como por el pesimismo cultural, con el pri- mero promoviendo una aceleración implacable y el segundo sirviendo de psicoterapia. Ambas tendencias tie- nen su origen en una comprensión antropomórfica de las máquinas, que supone que estas deben imitar a los seres humanos (Simondon criticó ferozmente a la cibernética por sos- tener este punto de vista, aunque no estuviera del todo justificado). Hoy en día, la expresión más irónica de esta visiónmimética está en el ámbito del arte, en los intentos de demostrar que una máquina puede hacer el tra- bajo de un Bach o un Picasso. Por un lado, el humano, presa del pánico, se pregunta una y otra vez qué tipo de trabajos pueden evitar ser sustituidos por máquinas; por otro, la industria tecnológica trabaja conscientemente para sustituir la intervención huma- na mediante la automatización de las máquinas. Los humanos viven dentro de la profecía autocumplida de susti- tución de la industria. Y, de hecho, la industria reproduce constantemente el discurso de la sustitución anuncian- do el fin de tal o cual trabajo como si hubiera llegado una revolución, mien- tras que la estructura e imaginario sociales permanecen inalterados. El discursode la sustituciónno se ha transformado en el discurso de la libe- ración en las sociedades capitalistas ni en las llamadas comunistas. Para ser justos, algunos aceleracionistas se dan cuenta de esto y han intentado revivir la visión deMarx de la automatización total. Si la física de colegio fuera más popular, tendríamos un concepto más matizado de la aceleración, porque aceleración no significa un aumen- to de la velocidad [ speed , es decir, sin considerar la dirección], sino un aumento de la rapidez [ velocity , inclu- yendo la dirección del movimiento]. En lugar de elaborar una visión del futuro en que la inteligencia artificial cumpla una función protésica, el dis- curso dominante la trata simplemente como un desafío a la inteligencia hu- mana y una sustitución del trabajo intelectual. Los humanos de hoy no sueñan. Si el sueño de volar condujo a la invención del avión, ahora tenemos pesadillas cada vez más intensas con las máquinas. En última instancia, tanto el tecnooptimismo (en forma de transhumanismo) como el pesimismo cultural se encuentran en su proyec- ción de un final apocalíptico. La creatividad humana debe tomar una dirección radicalmente distinta y elevar las relaciones hombre-máquina José Benmayor. Frankenstein , 2011. 90 x 120 cm 20
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