Palabra Pública N°33 dic 2024 /ene 2025 - Universidad de Chile
El desarrollo acelerado de la inteligencia artificial nos enfrenta a uno de nuestros grandes miedos: que la tecnología nos sustituya. El filósofo Yuk Hui, uno de los principales pensadores de estos asuntos, cree que esta supuesta lucha entre humanos y máquinas es una visión errónea: más que prohibir la ia en las universidades o entrar en pánico, lo que importa es entenderla como una prótesis, como una forma de reforzar el potencial humano. yuk hui Filósofo de la tecnología e ingeniero informático nacido en Hong Kong. Catedrático en la Universidad Erasmus de Rotterdam. Es autor de Fragmentar el futuro (2020), Recursividad y contingencia (2022) y La pregunta por la técnica en China (2024), entre otros libros. chatgptolaescatología de lasmáquinas ensayo Este imaginario bíblico o abrahámico del tiempo ofrecemuchas reflexiones profundas sobre la existencia huma- na en general, pero también dificulta la comprensión de nuestro futuro. En la década de 1960, Hans Blumen- berg argumentó en contra de la tesis de la secularización de Löwith, como también contra la afirmación de Carl Schmitt de que “todos los conceptos significativos de la teoría moderna del Estado son conceptos teológicos secularizados”. Blumenberg sostenía que la comprensión de lo moderno como secularización o transposición de conceptos teológicos socava la le- gitimidad de lo moderno; un cierto significado de la modernidad sigue siendo irreductible a la secularización de la teología. De la misma forma, lo novedoso y significativo de la inteli- gencia artificial queda sepultado en el imaginario escatológico, por los este- reotipos modernos de las máquinas y por la propaganda industrial. Estono significaquedebamosnegar el cambio climático y resistir a la inte- ligencia artificial. Al contrario, luchar contra el cambio climático debería ser nuestra máxima prioridad, como también lo debería ser desarrollar una relación productiva entre los huma- nos y la tecnología. Sin embargo, para ello es necesario desarrollar una com- prensión adecuada de la inteligencia artificial, más allá de la meramente técnica. La invención del tren, el au- tomóvil y, más tarde, el avión también D esde su lanzamiento en no- viembre de 2022, el Chatgpt ha despertado entusiasmo y temor. Su aparente dominio de la semántica y la sintaxis —aunque no aún del contenido— de distintos idiomas sorprende a los usuarios que esperaban un chatbot corriente. Algunas universidades prohibieron in- mediatamente su uso a los estudiantes para escribir ensayos, ya que supera a la mayoría de ellos. En los diarios, ar- tículos de opinión anunciaron el fin de la educación, no solo porque los es- tudiantes pueden usarlo para hacer las tareas, sino tambiénporque el Chatgpt puede proporcionar más información que muchos profesores. La inteligen- cia artificial parece haber conquistado otro dominio que, según la filosofía clásica, define la naturaleza humana: el logos. El pánico crece con esta nue- va pérdida de territorio existencial. La imaginación apocalíptica de la historia humana se intensifica a medida que el colapso climático y la rebelión de los robots evocan el fin de los tiempos. El fin de los tiempos no era una idea ajena a los modernos. De he- cho, en el libro El sentido de la historia (1949), de Karl Löwith, el filósofo de- mostró que la filosofía moderna de la historia, de Hegel a Burckhardt, era una secularización de la escatología. El telos de la historia es lo que hace in- manente a lo trascendente, ya sea la segunda venida de Jesucristo o sim- plemente el devenir del Homo deus . 16
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