Palabra Pública N°32 sept - oct 2024 - Universidad de Chile

“E n biología, el concepto de normalidad es bastante ajeno, ya que el mundo natural está en constante cambio. Dentro de una especie ningún individuo es igual a otro, por lo que es imposible definir cuál es el ‘normal’. Esta variación hace que, por cosas prácticas, para los biólogos sea necesario definir el ideal de una especie, pero es una construcción artificial. Los sistemas biológicos tienden a vencer el desorden de la variación con la homeostasis, que les permite generar una cierta reproducibilidad. Por ejem- plo, sabemos que nuestro corazón está del lado izquierdo; eso es reproducible. Aunque existan variaciones, se pue- den definir ciertos parámetros constantes y características comunes que agrupan a los organismos, que es la forma en la cual definimos las especies. La especie humana, por ejemplo, somos todos aquellos que compartimos simi- litudes genéticas y morfológicas. Es posible reconocer el arquetipo de un humano gracias a la lucha constante de los sistemas biológicos por mantener el orden y ocultar las variaciones sutiles. De hecho, los sistemas bioquímicos y moleculares sonlosquesecontraponenal desorden, al caos o la entropía, que es natural y que los llevaría a desarmarse. Por lo tanto, gastan buena parte de su energía en conservar las cosas más o menos bien, funcionando y con una cierta estructura. Lo anormal es cuando un ser biológico deja de funcionar de una manera que le permita sostenerse en el tiempo y reproducirse. La falta de función o la deficiencia va de lamano con la enfermedad. Eso lo definimos como lo anormal o lo atípico, pero si uno va a lo estrictamente bio- lógico, en realidad todos somos atípicos. Todos tenemos susceptibilidades y diferencias metabólicas, fisiológicas, morfológicas —finalmente genéticas— que no han sido categorizadas como enfermedades, porque no perturban mucho nuestra vida, lo que hace que seamos en apariencia normales; pero, insisto, nadie lo es, en el sentido de que no hay nadie idéntico a otro. En biología, lo atípico es lo nor- mal y agrupamos las cosas por conveniencia. La vida es un continuo y la genómica nos muestra que estamos conec- tados no solo con otros humanos, sino también con todos los demás organismos del planeta. El árbol de la vida tiene infinitas ramas interconectadas. La evolución sigue ocu- rriendo en este instante, a pesar de que no sea perceptible. En conclusión, el cambio y la variación son las constantes en biología, no la estabilidad ni la normalidad”. “L a normalidad para el derecho es un ele- mento muy importante, porque mide cuáles son las conductas que tienen la mayor parte de las personas. A partir de esa observación, se estipula una expectativa de acción y se construyen ideas sobre qué es lo normal, lo regular, lo es- tandarizado. Por ejemplo, nuestro Código Civil, que data del siglo XIX, construye el concepto de ‘buen padre de familia’, que establece loqueunapersona responsabledebehacer. La norma es una regla, un lineamiento de conducta. Para que sea legítima y la gente la acepte, tiene que concordar con lo que la sociedad estima que es apropiado y necesario. Hoy en día consideramos que los padres tienen que hacerse cargo de sus hijos. Eso no era algo tan establecido siglos atrás. Los niños a veces eran vendidos o explotados. En cambio, ahora se entiende que hay que cuidarlos, que deben tener elemen- tosmínimos para desarrollarse. Esas evoluciones culturales se traducen en normas, es decir, en expectativas de carácter obligatorio. El derecho se puede definir comouna técnica de control social, que regula la conducta exterior y que es coer- citivo, es decir, que puede obligar. Para que algo ejerza ese poder, deben transformarse en normas aquellas conductas que están consolidadas socialmente, por eso el derecho sue- le ser reactivoy lento. Tieneque esperar aque existanciertos consensos sociales. De lo contrario, se convertiría enuna ley con letra muerta. Pero no porque algo esté escrito significa que sea implementado. Después de escribir una ley, que es un gran paso, hay que aplicarla, y ahí se pone enmarcha un aparataje para que, como sociedad, seamos capaces de cum- plir las promesas que recíprocamente nos hacemos. Así entiendo yo el derecho en democracia. Una norma es una reducción y una simplificación de una situación de hecho. Los artículos y códigos nacen de una síntesis de varias ex- periencias. En ese sentido, son una especie de ficción, pero la realidad siempre supera la ficción. Por lo mismo, deben considerar situaciones excepcionales o que rompan con la normalidad de manera muy disruptiva, como los desastres y eventos dañinos. Al momento de gestionar esas situacio- nes, se debe tener en consideración que esa ‘normalidad’ va evolucionando (en el caso, por ejemplo, de una sequía). Por eso las normas siempre suelen tener cierta flexibilidad, ya sea en la capacidad de interpretarlas o en la posibilidad de modificarlas si es que ya no se hacen cargo demanera apro- piada de la realidad que deben gestionar”. miguel allende Académico de la Facul- tad de Ciencias de la U. de Chile y director del Instituto Milenio Centro de Regulación del Genoma (crg) danielaejsmentewicz Abogada y directora del Departamento de Enseñanza Clínica del Derecho de la U. de Chile 6

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