Palabra Pública N°32 sept - oct 2024 - Universidad de Chile
“Y o no hablaría nunca de una categoría de normalidad en la danza. No le en- cuentro lugar, porque en ella se trabaja el cuerpo desde sistemas o categorías interesados en otra energía, otra espacialidad, otra relación temporal con la música y los objetos. La idea de la danza es justamente nublar ese concepto, actuar simbólicamente, sin normalidad, buscar anormalida- des para darse vueltas por otros territorios. Más que normal, solemos hablar del mundo cotidiano del movi- miento. Se partemucho, en distintas categorías técnicas de danza, con caminar; eso podríamos decir que es la célula, la génesis de lo normal. A partir de ese movi- miento cotidiano, de dar un paso tras otro, la danza se transforma en otra cosa y estalla hacia un espacio es- peculativo mucho más rico y complejo. Yo camino, me siento, corro, me acuesto, hago cosas con el cuerpo; y la danza contemporánea mezcla esas categorías cotidia- nas del cuerpo para desintegrarlas y encontrar refugios con que explorar esas situaciones aparentemente nor- males. La improvisación en la danza como sistema de trabajo, por ejemplo, está todo el tiempo desdoblán- dose a partir de movimientos normativos. El ballet, si bien tuvo códigos e hizo su fórmula de movimientos, era completamente anormal, al punto de que la baila- rina tuvo que modificar un artefacto —las zapatillas de punta— para suspenderse de manera más anormal, para tener giros y saltos que permitieran alejarse de la gravedad. En los Juegos Olímpicos también nos hemos encontrado con una diversidad de cuerpos y acciones anormales. Todo lo que hacen los atletas, los nadado- res, los tiradores de arco o los judocas demuestra que el deporte es en sí un estudio anormal y fascinante para pensar los desafíos del cuerpo. Al igual que la danza, se alimenta del néctar de lo distinto, de lo difícil, de lo que es casi imposible de lograr; y que necesita rigor y disci- plina para poder darle valor. Por eso el disfrute de salir de la normalidad es tan grande y conmovedor”. “E nmedicina, lanormalidades encajar dentro de ciertos rangos biológicos o bioquímicos, que generalmente semiden en un laborato- rio. La cantidad de azúcar en la sangre va a determinar si existen alteraciones en la glicemia; el número de glóbulos rojos, si se sufre de anemia. Pero hay gente que tiene los glóbulos rojos bajos y no es anémica ni presenta síntomas; siempre hay un grupo de personas que, en los números, en el rango del laboratorio, se escapa de la norma- lidad, pero está sano. En general, asociamos el concepto de estar en la norma con estar sano, lo que también dependerá del tipo de actividad que hagas. Por ejemplo, si trabajas en un escritorio o en algo físicamente no muy demandante, o si eres un buzo o unminero que trabaja a 5mil metros de al- tura. El contexto indica si el estadode salud, que semide con parámetros objetivos, es el adecuado para cumplir las tareas de la vida diaria.Menciono otro ejemplo relacionado conmi área de trabajo. Hace 40 años, las personas que vivían con VIH tenían una vida anormal: se enfermabanmás, fallecían antes y eran socialmentemuy discriminadas. Hoy endía he- mos logrado que puedan trabajar en lo que quieran, tener las relaciones de pareja que quieran e, incluso, tener hijos. Antes era una condena de muerte, no había tratamiento, las personas fallecían o quedaban a merced de cualquier infecciónmientras el virus iba atacando su sistema inmuno- lógico. Actualmente, si bien no es posible erradicar el virus con la tecnología disponible, sí hay una cura funcional, que permite tener una vida normal tomando una pastilla todas las mañanas. En general, las infecciones hacen se pierda la homeostasis, es decir, el equilibrio biológico, la capacidad que tiene el cuerpode autorregularse. Cuando ese equilibrio se pierde, salimos de la normalidad y caemos en la enferme- dad. Por otro lado, la búsqueda de una vida sana en extremo puede llevar a enfermedades y a salirse de la normalidad en un intento por alcanzar una perfección inexistente. Por ejemplo, algunas personas desean cambiar su aspecto físico porque no les gusta su nariz, aunque sea funcional. O se so- meten a cirugías estéticas para cambiar el color de sus ojos y se queman el iris. También está el caso de quienes quieren vivir muchos años y se sobremedican, tomando vitaminas innecesarias. La normalidad es un rango, no todos tene- mos que ser rubios de ojos azules ni necesitamos una nariz perfecta ni debemos tomar una serie de suplementos vita- mínicos alimenticios para ser normales y sanos”. nuri gutés Coreógrafa y académica de la Facultad de Artes de la U. de Chile claudia cortés Infectóloga y académica de la Facultad de Medi- cina de la U. de Chile 5
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