Palabra Pública N°32 sept - oct 2024 - Universidad de Chile

sayo y la novela y en que Geisse baraja tantas preguntas prestigiosas —sobre el cerebro humano y su prodigiosa complejidad, sobre la conciencia hu- mana, sobre el alma y la vida después de la muerte—, me quedo con las es- casas páginas que destina a pensar su escritura, como si desde el centro del relato surgiera otro. Su libro, sobre enfermedad, observaciones científi- cas, chamanismo, ampliación de la conciencia, es también una elegía a la madre y a la literatura, un recono- cimiento de lo que pudo ser y no fue, tanto en la vida de lamadre como en la del hijo escritor, que procura, sin éxito, no hacerse la víctima ni sentir envidia, para entender que la escritura es una forma de extender la conciencia. ¿Por qué, si no, seguir escribiendo? Desde luego que esta nueva publi- cación de Geisse, con los múltiples niveles de lectura que tiene el libro —desde su incorrección, a veces deliberadamente burda, hasta sus momentos más visionarios—, logra el cometido de transmitirnos belleza con su curioso arsenal imaginario. Uno de los grandes méritos de una escritura que, insisto, no sé bien con cuál com- parar: ¿con la de un contemporáneo de él como Alejandro Zambra, por los aspectos autoficcionales e intimistas de esta historia? ¿Con ese fenóme- no de la divulgación científica que es Benjamín Labatut, otro autor de su edad? ¿Con narradores que transitan por entre curaderas y gallitos de hom- bres solos, algo misóginos, a medio camino entre los fallecidos Germán Marín y Poli Délano? ¿Con narradores latinoamericanos que, como Juan Cár- denas, están pensando el diablo en las provincias y las relaciones fáusticas, antropológicas e incluso místicas con el saber, con el conocimiento, en tiem- pos de reevaluación de lo humano? ¿Con autores que han desarrollado en Chile una estética de lo popular, como lo hizo tierna, brillantemente Alfonso Alcalde? ¿Con otras y otros narradores que hoy reeditan la provincia como un lugar desde el cual hablar y pensar, como Selva Almada o Federico Falco en Argentina, Mario Verdugo y Mar- celo Mellado en Chile? Con todo esto, si hubiese justicia, y la literatura pagara a quienes se desangran por ella, Geisse tal vez de- biera ser comparado con autores ya bastante consagrados, pero sospecho que para muchos sigue siendo un nombre secreto. Tiene oído, prosa, imaginación, humor, humanidad, pathos . En su narrativa no solo hay información curiosa; hay algo que pocos rozan: dolor y brillo. ¿Bola- ño? ¿Rojas? ¿Una especie de Aira a la chilena? Realmente quisiera hacerle justicia a Geisse y saber con quién compararlo, para también tener más claro qué esperar de él y saber dón- de colocarlo en el tablero de ajedrez de nuestra literatura. Publicado por PenguinRandomHouse yPlaneta, las dos grandes transnacionales, sigue siendo parte de circuitos literarios menos vistosos y sospecho que su nombre no suena aún fuera de Chi- le, algo que, pienso, debiera ocurrir. Con él sucede, en mi imaginación, como con un animal fantástico que estuviera en un rincón, agazapado, esperando su verdadera, definitiva entrada en escena. tu enfermedad serámi maestro Cristian Geisse RandomHouse, 2024 164 páginas 57

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