Palabra Pública N°32 sept - oct 2024 - Universidad de Chile
sión-exclusión. Chicos y chicas sufren cada día porque se sienten distintos, raros, diferentes, y lo único que de- sean es sentirse normales . Esta doble carga normalizadora actúa en base a distin- tas concepciones de normalidad. Por una parte, las normas escolares tienen como referente parámetros explícitos e implícitos de modos de ser y estar en la escuela, en virtud de la función que se le ha en- comendado a esta desde hace siglos. Por otra, los grupos de pares obedecen a criterios que determinan lo aceptable para quienes ostentan el poder so- cial juvenil, quienes marcan las pautas de lo popular, lo que a su vez está asociado a las características de los y las ado- lescentes alfa que una época o grupo social establece. Dichos grupos ejercen su poder normalizador y excluyente a través de diversos mecanismos de violencia escolar, como burlas, humillaciones, aislamiento, acoso, rechazo y cyberbullying . Un estudiante no siempre puede responder a ambos procesos de normalización, el institucional y el del grupo de pares, pues ambos son una antítesis de la realidad, don- de todos y todas somos diversos. En la actualidad, la sociedad chilena ha experimentado grandes cambios: contamos en las aulas con estudiantes de diversas nacionalidades, se ha ampliado la perspectiva sexo-genérica y se ha comprendido que no todos somos neurotípicos, que las neurodi- vergencias son una condición y no un trastorno. Las políti- cas públicas y la formación docente poco a poco han com- prendido la necesidad de una educación inclusiva. Y, sin em- bargo, miles de niños, niñas y adolescentes aún no quieren ir a la escuela. Es urgente transformar estos espacios en lugares de encuentro y acogida, donde cada estudiante pue- da desarrollar sus potenciales, donde la diversidad no sea leída como anormalidad, sino como fortaleza en la construcción de proyectos colectivos de sociedad. Nece- sitamos una escuela para ser feliz y una educación como práctica de la libertad. “Entre más iguales, más facilidad para enseñar lo mismo y producir el mismo tipo de individuo que sirva a un solo tipo de estructura social. De allí la paradoja, ya que la escuela no enseña ‘todo’ lo necesario (...) y tam- poco se lo enseña a ‘todos’”. stf / afp 15
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