Palabra Pública N°31 mayo - junio 2024 - Universidad de Chile

delicada caligrafía, que operó como método de clasificación primario: “Ricardo Lagos en su casa”, “Teatro Normandie afiches políticos” o “En- tierro fusilados Colina” son algunas de las etiquetas que activan la memo- ria en los espectadores. La fotografía adquiere así ese carácter complemen- tario a nuestros recuerdos, pues es gracias a ella que el pasado se hace presente en nuestra mente. También se incluyeron 27 ampliaciones de sus fotografías, que permiten conocer mejor la particularidad del ojo-objeti- vo de Paulino. Probablemente, la más impactante de todas es una donde se observa a un carabinero con una cá- mara haciendo un registro para sus propios fines durante las jornadas de protesta en la población La Victo- ria, en septiembre de 1985. Mientras algunos usaban sus cámaras para la verdad y la justicia, otros las convir- tieron en una extensión de su garrote. En la otra ala del Palacio nos en- contramos con un espacio dedicado a la muestra Autoretrautos , realiza- da por Paulino en 1984 en la Galería sur, mítico espacio donde se desa- rrolló gran parte de la neovanguardia chilena durante la dictadura. En esta exposición, la fotógrafa construyó su propia tribu, donde confluían los ar- tistas e intelectuales del más amplio espectro político y social. Críticos, artistas, poetas, escritores y periodis- tas compartían espacio en el álbum de la fotógrafa, que desarrolló un sis- tema de diálogo con cada uno de sus retratados, en el que los invitaba a in- tervenir su respectiva fotografía. Ella se encargaba de citar a cada personaje para fotografiarlo, y una vez que el re- trato estaba hecho, les decía: “Píntelo, recórtelo, fotocópielo, rómpalo, haga con él lo que quiera”. Luego, ese resul- tado fue expuesto en orden alfabético, rompiendo así parte de las microtri- bus que existían en el campo cultural chileno. Personas que se odiaban a muerte podían terminar una al lado de la otra en imágenes donde, mediante las intervenciones, solían aparecer más lúdicos que en sus respectivos roles como intelectuales “serios”. El objetivo de Paulino era reunir, con- centrar a personas que probablemente ella consideraba afines o iguales, dis- tintos a quienes detentaban el poder. Desde el presente quizás se podría cuestionar su impulso unificador, ya que hoy somos más sectarios y triba- listas que nunca, cuestión que se ve reflejada en un escenario político cada vez más atomizado. Jösch logró dar a conocer el doble carácter del trabajo de Paulino: el público, fuertemente arraigado en la memoria política chilena, y el priva- do, el de los amigos y cercanos, ese que revela más de quien toma la foto que del retratado. El afuera y el aden- tro es un binarismo fundamental en la constitución de cualquier sujeto, lo que aquí aparece muy bien balan- ceado, pues ninguno de esos aspectos está sobrerrepresentado. Quien in- gresa primero a la sala “periodística” puede salir muy afectado por lo que se exhibe, para luego ingresar al mundo íntimo de Paulino y sentirse en calma y reconfortado. Ese corte tan radical (que podríamos también cuestionar, por su interpretación en apariencia maniquea) es crucial a la hora de dar cuenta de la complejidad y amplitud del trabajo de la fotógrafa. En una época dominada por la desconfian- za absoluta en las imágenes, en que circulan noticias falsas y contenido creado con inteligencia artificial, una muestra como esta nos recuerda que el compromiso con la verdad es el úni- co camino para quienes trabajan con los hechos y la opinión pública. inês paulino: (auto) retrato de archivo Curada por Andrea Jösch Centro de Extensión del Palacio Pereira Huérfanos 1515, Santiago Hasta el 9 de agosto de 2024 57

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