Palabra Pública N°31 mayo - junio 2024 - Universidad de Chile

la madre para ir mostrando la historia solo a través de las respuestas de la hija— surge un pequeño gran drama, tratado con sutileza y sin pretensiones: los fallos en la comunicación de dos mujeres de generaciones distintas y lo difícil que resulta la relación mater- nofilial, atravesada por el deber ser y las convenciones que tensan las vidas de las mujeres. Así ocurre por ejemplo con el amor, que en el cuento “Partera” se revela como una forma de opresión. La historia ocurre en el Alto Bío-Bío y la autora parece estar revisitando con ella los paisajes y el estilo brunetianos: “El río era fuerte y congelaba como cu- chillo, la vista de él entre las quebradas era tan estrepitoso que daba ganas de llorar”. El girofinal queda al relato, bas- tante inesperado, muestra también esa misma sabiduría para contar, en muy pocas palabras, todo unmundo. El cuento más duro del volumen es “La solicitud”. Una vez más Montero utiliza un formato que se ha vuelto co- tidiano, el chat de Facebook, para crear una atmósfera enrarecida, en la que una mujer vivirá un duro episodio de violencia. La evocadora figura de un ciprés en el muro de su habitación es- tablece un vínculo sutil con “El árbol”, de María Luisa Bombal, aunque aquí, a diferencia de lo que ocurre en ese cuento famoso y en un universo mu- cho más precario, parezca un símbolo mortuorio. La síntesis y los detalles lo son todo: “Cuando lo conocí su cuerpo me parecía atractivo, siempre olía a jabón, usaba un perfume queme agra- daba. Claro que tiene otras cualidades, su inteligencia, supongo, su agudeza mental, no lo sé, ya no lo tengo muy claro. Cuando se acuesta junto a mí su cuerpo huele desagradable, tiene los pliegues de la piel del pene pegoteados y debo chuparlo como una especie de compromiso matrimonial. Me aguan- to las ganas de hacer arcadas, es su prueba de amor constante. Me dice siempre ‘¿ya no me quieres?’ y debo hacerlo”. La narradora va mostrando el paso a paso de una historia de abu- sos, hasta culminar en una escena de violencia meticulosamente expuesta, dolorosa en cada detalle: “Siento que mi cabeza va a salir demi cuerpo, agua caliente explota en mi cara, es mi na- riz, me ha roto la nariz. Qué lástima, siempre he creído que esa es la parte más bonita de mi cara”. Hay cierta versatilidad en todo el volumen: el Messenger de Facebook, el chat cotidiano del WhatsApp, las anotaciones de unos escolares en sus cuadernos y diarios (“Ojos de araña”) o el paper de una académi- ca, son algunos de los formatos con que trabaja Montero para articular sus breves historias, teñidas tanto de violencia de género como de otras violencias en que la pertenencia a una clase social, a un lugar, deja hue- llas en los cuerpos y las vidas de sus personajes. Con todo, logra impac- tar a sus lectoras y lectores evitando los mensajes demasiado explícitos y cultivando, también, la difícil am- bigüedad del humor negro, incluso cuando sus protagonistas caen solas, en picada, sin más red que la palabra. Una palabra insistente, un deseo de hablar y de ser escuchadas que no se agota ante la indiferencia del mundo. Yo no soy esa es un libro que marca el interesante tránsito de una poeta in- clinada desde antes al estilo narrativo y a la reescritura de los libretos asigna- dos a las mujeres, hacia el mundo del relato, con una soltura y libertad real- mente sorprendentes. yono soy esa Greta Montero Editorial Aparte, 2023 62 páginas 51

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