Palabra Pública N°31 mayo - junio 2024 - Universidad de Chile
palabra crítica I nevitable leer el título del nuevo libro de Greta Montero (Coronel, 1986) sin “oír” la voz de la cantante Mari Trini: “Esa niña sí, no / Esa no soy yo”, casi un himno feminista en tiempos de la España franquista. Ni sumisa ni dul- ce y callada, “luchando entre olas encuentro la playa”, la protagonista de esta canción, como las que crea Montero en Yo no soy esa (Editorial Aparte), muestra tanto lo que las mujeres no somos, como lo que po- demos y queremos llegar a ser. La autora, que viene de la poesía con libros que han tenido muy buena recepción, como Dummies (Ediciones Inubicalistas, 2013), Balada del Señor Cuervo (Overol, 2016), Un día quemaré sus castillos (Overol, 2022) y La poesía acabó con nosotras (Ediciones Lilipu- tienses, 2023), debuta en la narrativa. Su más poderosa herramienta, que ya había probado en otros textos, es la iro- nía. Un recurso que le permite tomar distancia crítica de las violencias que afectan a sus personajes femeninos. Así va tramando un discurso sobre la identidad y las identificaciones de sus personajes, un ser o no ser que es muy tangible sobre todo en el prime- ro de los ocho relatos de este libro, “Yo no soy Maite Orsini”, en que, apenas en tres páginas, con una velocidad y ritmo brutales, Montero se ríe de las enormes brechas sociales chilenas. Su protagonista es una farmacéutica, cuyo monólogo rezuma resentimiento y envidia hacia la diputada y también otros personajes de la farándula. En su fantasía, la narradora caracteriza a Orsini como una especie de vampiresa para generar un contraste con la mujer real que es ella misma, con tan solo 98 seguidores en Instagram: “Yo ni siquie- ra recuerdo haber pateado a alguien en la vida, siempre me han pateado a mí, me dejande hablar omandande paseo, dicen que se me escapan las cabritas pal monte, pero la verdad es otra, la verdad es que soy fea. Y estoy gorda”. Comoella, varias otras de estasmujeres pasan por rápidos procesos de recono- cimiento, rebelándose ante la pauta que sienten que les han impuesto y, a sumodo, buscando, si no la felicidad, al menos la calma. Es conmovedor el relato “Mami”, en el que utilizando el formato de un chat con la madre se cuenta la historia de una hija ya madura y separada, que ha sido madre muy joven y que durante años se postergó laboral y socialmente. Sumadre la juzga, ve con desconfianza la vida de esta hija, que reclama de ella apoyo enundiálogomuy transparente, un intercambio demensajes que revela la capacidad de la autora para obser- var las zonas dolorosas y hurgar en los afectos de sus personajes: “Me gusta- ría que me hicieras tomaticán alguna vez, siemprememuestran que lo están comiendo mi hermana y tú cuando lo preparan, pero nunca lo haces para mí cuando vienes de visita”. En este diálo- go —que hábilmente omite la voz de libro lorena amaro Crítica literaria y profesora del Instituto de Estética de la Univer- sidad Católica de Chile. Yo no soy esa, de Greta Montero Lo que hay que dejar de ser para ser 50
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