Palabra Pública N°31 mayo - junio 2024 - Universidad de Chile

forcemos, los resultados de nuestras acciones tomarán cursos inesperados. El cambio global producido por la disrupción en el clima, los sistemas terrestres y la biodi- versidad, amenaza la existencia misma del ser humano, y resulta frustrante saber que lo hemos provocado no- sotros, pero que somos impotentes para planificar una salida cierta e inequívoca a él. Aun así, la naturaleza sigue estando allí, independien- te de lo que pensemos y hagamos con ella. El mamífero terrestre más feroz de Chile, el puma, se ve afectado por conflictos socioambientales en las zonas ganaderas, pero generalmente se mantiene alejado de los seres humanos en las pocas superficies de hábitat que le quedan. Los imponentes bosques de alerces, gigantes y majestuosos árboles del bosque austral, viven alrededor de 5 mil años, más que la construcción de toda la sociedad occidental que conocemos. El plancton, ese organismo minúsculo que se alimenta de los nutrientes que los ríos llevan al mar y de los ciclos de deshielo de la Antártica, a la vez alimenta ballenas y microorganismos marinos que ha- cen fotosíntesis y son responsables de fijar la mayor parte del co₂ atmosférico. Puma, alerce y plancton, sin embargo, sufren los cambios que hemos provocado, y cada vez les cuesta más sobrevivir y cumplir su función dentro del sistema. Los pumas no encuentran alimento, las plántulas de alerce no se alcanzan a establecer y el plancton sufre la contaminación del agua que le llega desde nuestros territorios. Así llegamos al presente, buscando la sostenibilidad: aquella relación armónica entre humanidad y natura- leza. La causa de nuestro miedo es la incertidumbre, pero sabemos que esta es condición intrínseca de todo intento por transformar un sistema, por lo que debemos hacernos cargo de ella. Tenemos un acervo de conoci- mientos que nos permite planificar adaptativamente los caminos del futuro. Esto implica tomar la mejor decisión posible con la información en nuestras manos, evaluar los efectos de nuestras acciones sobre los sistemas so- cioecológicos y volver a empezar. Entender y aceptar la incertidumbre nos llevará a enmendar el rumbo sin avergonzarnos y a aprender de los errores. Esta nece- saria humildad nos conducirá a un mejor destino para la humanidad, permitiéndonos superar la dualidad de buenos y malos. Porque estamos todos juntos en este planeta, tratando de acercarnos a la naturaleza más desde el amor que del miedo. En este sentido, cada vez será más importante reconocer el papel indiscutible del conocimiento como mediador del amor a la naturaleza, tanto desde la ciencia como de la experiencia humana, que por milenios se ha acumulado y transmitido. Alexis Huguet / afp 45

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