Palabra Pública N°30 2023 - Universidad de Chile
palabra crítica C omo era de esperar, la con- memoración de los 50 años del golpe de Estado convocó al mundo artístico-escéni- co. Aunque la cantidad de montajes fue menor que para los 40 años, sí podemos constatar que algunas de estas nuevas propuestas lograron desplazar los relatos de la memoria hacia asuntos antes desestimados. Es el caso de Yeguas sueltas , de la compa- ñía Teatro Sur, obra escrita y dirigida por Ernesto Orellana, quien previa- mente había realizado importantes montajes en torno a la problemática de género. Acaso como ningún otro director, Orellana ha sido capaz de politizar y tensionar los discursos de reivindicación y afirmación de las disidencias sexuales fuera de todo lugar común, al punto de generar incomodidad dentro y fuera del ám- bito del teatro. Su trabajo escénico ha oscilado desde lo más reconoci- blemente teatral ( Los justos , de 2014; Inútiles , de 2016; Invasión , de 2021) hasta lo performativo ( Actos impuros , de 2022; Demasiada libertad sexual les convertirá en terroristas , 2019) y la danza ( Orgiología , de 2018). Estrenada en junio en la sala prin- cipal de Matucana 100, Yeguas sueltas mezcla materiales documentales con ficción, para contar la historia de la primera protesta homosexual realiza- da en Chile, en abril de 1973, en pleno gobierno de la Unidad Popular, y con ello denunciar la violencia policíaca y la discriminación cotidiana de las que eran (y son) objeto estas disidencias. El montaje surge de una investigación que toma como fuente principal los tes- timonios de Marcela Di Monti, Raquel Troncoso y Jorge Droguett, más conoci- do como “Eva, lamedallita de la suerte”, las únicas tres sobrevivientes. A esto se agrega un levantamiento de archivos de prensa y otros materiales. De hecho, el nombre de la obra alude irónica- mente al titular con el que el recordado diario izquierdista El Clarín informó sobre la protesta, mostrando con ello la homofobia incrustada en el imaginario revolucionario de ese entonces. Yeguas sueltas es un montaje que se instala en un doble borde. El primero, marcado por la frontera entre realidad y ficción. En efecto, a la comparecencia de cuerpos reales —como el de Mar- cela Di Monti, quien abre la obra con un número de baile inolvidable—, se le suman los cuerpos de las actrices trans no binarias, algunas de las que ya han iniciado su proceso de cambio. Ellas son invitadas a decir un texto ficcional con pasajes autobiográficos que va tramando, de forma contun- dente, la complejidad de una historia en que la protesta no es sino su punto culminante. El relato de estas travestis es también el de la marginación social de una época y de cómo esta se ampli- fica con la condición de ser disidentes sexuales por opción. Tomando como hito conductor la fiesta de año nuevo de 1973, Orellana construye una dra- maturgia de capas históricas, pues junto con ir relatando aspectos de la vida cotidiana de estos cuerpos atra- vesados por el deseo de vivir su vida y por la constante persecución, super- pone el contexto político de los años más complejos de la UP, en los que la confrontación política se acrecienta. Lo que nos viene a advertir el autor es cómo determinadas violencias para- dójicamente se convierten en relatos hegemónicos frente a otras que no. Hay una sugerente transvaloración de los puntos de vista que logramostrar la Yeguas sueltas, de Ernesto Orellana y Teatro Sur Cuando la vida es teatral y el teatro, una ética teatro mauricio barría Dramaturgo e investigador teatral. Doctor en Filosofía conmención en Teoría del Arte y Estética de la U. de Chile. Profesor asociado del detuch. 62
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