Palabra Pública N°30 2023 - Universidad de Chile

L os patrimonios mestizos de Chile, tales como la cerámica de Quinchamalí, los chamantos de Do- ñihue, los objetos fabricados con crin de caballo en Rari o la locería de Talagante, se originaron en el contacto cultural entre distintas tradiciones tras la invasión de los españoles a América. Estos patrimonios se caracterizan por su amalgama de elementos, que dan vida a objetos, danzas, poesía y comidas, entre otras ma- nifestaciones. Su papel ha sido fundamental en la obra de poetas, artistas e intelectuales que han reflexionado en torno a la identidad latinoamericana, como José Martí, Gabriela Mistral, Violeta Parra, Pablo Neruda, José Victo- rino Lastarria, Fernando Ortiz, Silvia Rivera Cusicanqui y Néstor García Canclini, por nombrar algunos. A pesar de su importancia en los procesos identitarios latinoamericanos y nacionales, estos patrimonios mestizos han sido históricamente relegados a un papel secundario en las instituciones y programas culturales en Chile en com- paración con las manifestaciones hegemónicas, como las llamadas “bellas artes” y los objetos con valor histórico. ¿Por qué ha ocurrido esto? La respuesta no es tan sencilla y requiere de un análisis profundo que considere distintas aristas. Este texto solo atenderá una de ellas: el rol de los ob- jetos en los procesos de patrimonialización de lomestizo. Si examinamos la historia del patrimonio en Chile, nota- mos que los intentos por poner en valor los objetos mestizos no han sido exhaustivos y permanentes, sino que reflejan la fragilidad e inconstancia de este tipo de proyectos cultura- les en el país. Uno de los primeros impulsos se remonta a la creación del Museo de Etnología y Antropología, un espacio que operó entre 1919 y 1922 y tuvo como colaboradores a des- tacados intelectuales que incidieron en la consolidación de la antropología en Chile, entre ellos, Max Uhle, Aureliano Oyarzún y Ricardo Latcham. En este lugar se incluyó una sección dedicada a objetos y expresiones del “folclor chile- no” gestionados por el naturalista Carlos Reed Rosa. Si bien fue breve y reflejó el espíritu cientificista de esos tiempos, este proyecto sentó un precedente para futuros esfuerzos de valoración de las expresiones culturalesmestizas en Chile. Otro hito fue la creación, en 1944, del Museo de Arte Po- pular Americano Tomás Lago (mapa), en la Universidad de Chile. A través de este proyecto, Lago —destacado poeta, investigador y gestor cultural— buscó dar relevancia a los objetos mestizos, con el fin de conectar su valor histórico y estético con su valor cultural, tomando como eje la noción de “museo vivo”. Si bien en sus inicios el museo no estuvo exento de ciertas paradojas, reflejó cómo “la incorporación del estudio y reconocimiento estético-formal de las artes populares era una base imprescindible para fortalecer el proyecto de transformación social y cultural que exigía el momento histórico”, como lo plantean los investigadores Constanza Acuña y Gonzalo Arqueros en el libro Tomás Lago. Obras escogidas (2015). Durante la dictadura, el mapa fue desmantelado, y la rei- vindicación de lo mestizo se realizó principalmente a partir del reconocimiento de las herencias coloniales e hispanas, designadas como las matrices culturales legítimas. Las raíces indígenas de los patrimonios mestizos se invisibilizaron, en sintonía con la despolitización de la producción artística y la homogeneización cultural impuestas por el régimenmilitar. Desde entonces, el patrimonio mestizo en Chile ha esta- do tensionado por la búsqueda constante de legitimidad en un contexto de fuerte jerarquización cultural. Este concep- to se refiere a la naturalización de un orden que, a través de prácticas, espacios y discursos, busca orientar y distribuir de manera desigual la capacidad de agencia e intencionalidad que poseen las expresiones culturales según su origen de producción: mestizo, indígena o extranjero. Se trata de un ordenamiento silencioso, que busca asentar ciertas formas de entrelazar humanos y no humanos, siguiendo las ideas del filósofo francés Bruno Latour. Estas formas están enrai- contaminaciones culturales columna Los patrimonios mestizos son elementos esenciales en la identidad de América Latina. Se trata de manifestaciones que no suelen estar en los centros neurálgicos del arte, pero una reflexión histórico- crítica en torno ellos es fundamental para repensar la jerarquización de la cultura en Chile y el continente. por paulina faba Académica del Departamento de Teoría de las Artes. Facultad de Artes de la Universidad de Chile. 46

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