Palabra Pública N°30 2023 - Universidad de Chile
E l 19 de noviembre de 1942, en medio de un mun- do tumultuoso, incierto y enfrentado a la más cruenta de las guerras mundiales, el rector Juve- nal Hernández (1899-1979) cumplió con la tarea de pronunciar el discurso conmemorativo del centenario de la Universidad de Chile, en una ceremonia realizada en el Teatro Municipal. La responsabilidad seguramen- te pesaba sobre sus hombros, pues sus palabras no solo encarnarían los cien años de historia de la primera uni- versidad pública del país, sino también se erigirían como los principios que determinarían el quehacer de la Casa de Bello en las décadas venideras. “Si la Universidad no se preocupa del medio social, no es más que un claustro cerrado y exclusivo que no cumple su misión civilizado- ra y sus fuerzas se perderán en el vacío”, advirtió el rector frente a las autoridades —que incluían al presidente Juan Antonio Ríos— y al público que repletó el recinto. Probablemente, las palabras de Hernández se inspi- raban en la figura de Amanda Labarca —primera mujer en tener el cargo de profesora universitaria en América Latina—, quien en 1935 impulsó la creación de la Escue- la de Temporada de la Universidad de Chile, una de las primeras iniciativas de extensión tanto en el país como en el continente. Luego le seguirían las escuelas de In- vierno, de Primavera y de Verano, donde destacados profesores chilenos y extranjeros participarían en confe- rencias, charlas y exhibiciones artísticas realizadas para comunidades de diversas regiones del país, incluidas las más extremas, como fue el caso de las primeras Escuelas de Invierno en Punta Arenas, en 1951, y en Arica, en 1952. Es posible imaginar que el enfoque extensionista plan- teado en el discurso del rector marcó a la comunidad universitaria de la época, ya que participaron activamen- te en las iniciativas una gran cantidad de estudiantes, funcionarios y académicos. De ahí nace, probablemente, el ethos institucional de sentido y compromiso público que se mantiene hasta la actualidad. Esta mirada hacia la extensión universitaria también se manifestó en el desarrollo de políticas públicas para Chile. Un ejemplo paradigmático fue la fundación de la Escuela de Salud Pública, en 1943, cuyo impacto fue de- cisivo en la posterior creación, una década después, del Servicio Nacional de Salud, el órgano estatal que, entre 1952 y 1979, estuvo a cargo de instaurar e implementar la salud pública en el país. En materia cultural, el impulso extensionista se mate- rializó en la creación de organismos y elencos artísticos cuya labor repercutió en el desarrollo de diversos ám- bitos de la cultura local. Solo por mencionar algunos de los hitos importantes, en 1944 se fundó el Museo de Arte Popular (mapa) y luego, en 1947, se creó el Museo de Arte Contemporáneo, fruto de la labor de extensión de la Facultad de Bellas Artes, establecida en 1929, con lo que se consolidó aún más la presencia de la universidad en la vida cultural. En 1947, también nació la Editorial Universitaria, cuya constitución marcó otro momento significativo en la expansión del conocimiento y la cul- tura desde la Universidad de Chile hacia la sociedad. Este compromiso con el desarrollo del país se vio interrumpido de forma brusca por el golpe de Estado La extensión uni- versitaria es la vía principal por la que el conocimiento académico es pues- to al servicio de un país. Repensarla es un imperativo para enfrentar los desafíos de nues- tra sociedad, pero también para forjar una relación bidireccional y democrática entre la universidad y las comunidades. fabián retamal g. Director de Extensión de la Universidad de Chile. Doctor (c) en Gestión de la Cultura, Universidad de Guadalajara. Magister en Gestión Cultural. Universi- dad de Chile. Gestor cultu- ral, docente e investigador. un compromiso permanente columna 40
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