Palabra Pública N°30 2023 - Universidad de Chile

no es justa ni sustentable. Grandes parques nacionales, como el Bernardo O’Higgins, carecen de un número adecuado de guardaparques y equipamiento, necesarios para su protección. La creación de zonas protegidas suele generar resis- tencia de ciertos sectores por razones económicas. ¿Se puede hablar de beneficios en este ámbito? —Claro que sí, en múltiples dimensiones. Los beneficios económicos muchas veces son directos. Hablamos, por ejemplo, del agua, que es fundamental para la agricultura. En la viticultura es muy importante proteger las quebradas quemantienen las características del suelo, ymuchas viñas se están beneficiando por conservar dentro de sus predios quebradas con bosques esclerófilos. Mantener los ríos lim- pios es fundamental para la salud; los invertebrados que viven en ellos son filtradores, depuran el agua. Otro bene- ficio económico es el turismo que se está desarrollando en la reserva de la biósfera Cabo de Hornos. El concepto de re- serva de la biósfera no implica que se excluya la actividad económica, sino que la potencia de acuerdo con una zoni- ficación en que hay áreas destinadas a un uso sostenible. El turismo de naturaleza es muy importante en Chile, y para mantener esa industria es indispensable una zonificación. En ese mosaico de actividades económicas, es necesario destinar otras zonas a la conservación, al turismo y a la pesca artesanal. Así podremos compatibilizar una buena economía con una buena conservación, y viceversa. ¿Qué hábitats están en mayor riesgo debido al cam- bio climático hoy? —Algunos de los más amenazados están en las cumbres de las montañas y en el extremo austral de Chile. Tan- to con la altitud como con la latitud va disminuyendo la temperatura. Las cumbres tienen una temperatura más baja que las bases, son las partes más frías, y allí crecen plantas y habitan insectos que no sobreviven en zonas más calientes. Con el calen- tamiento global, las plantas se van desplazando cada vez más hacia la cumbre altitudinal o latitudinal [ha- cia el sur], hasta que alcanzan la cúspide y no les queda otra que “irse al cielo” buscando una temperatura más baja, pero eso significa extinguirse. Respecto a los des- plazamientos desde el norte hacia el sur, pensemos en los espinos, típicos de la zona central, que hoy llegan a Temuco. Van desplazándose, porque encuentran tempe- raturas y condiciones climáticas que les son favorables, y las plantas que son de zonas más frías se van corriendo aún más al sur. ¿Qué investigaciones se están haciendo para tratar de conservar esas zonas? —Se está analizando cómo responden las especies. Las plantas tienen un nicho térmico, es decir, un rango de tolerancia de fluctuación térmica. En el chic, la inves- tigadora Ángela Sierra está midiendo de forma muy detallada cuánta variación térmica resisten las hojas y las flores de plantas que solo crecen en la zona altoandina de Chile. Esta investigación permitiría hacer lo que se llama trasplantes asistidos, que consiste en llevar ejemplares de estas especies amenazadas desde zonas altoandinas del norte hacia el sur. Es una práctica emergente de conservación que no está libre de debate. En una inves- tigación, la primera parte es hacer una descripción de lo que está pasando, pero quedarse en eso sería ver cómo se extinguen. Esto es algo bastante discutido, porque se dice: “¿por qué vamos a cambiar las distribuciones?”, y se hace para salvar de la ex- tinción a ciertas poblaciones muy vulnerables. Es una ter- cera vía de lo que se llama la conservación ex situ , en que se conservan las plantas fuera de su hábitat nativo — explica Rozzi, y agrega: —Chile tiene que darse cuenta de que tenemos una situación privilegiada en los ecosistemas, desde el desierto a la zona subantártica. Hoy estamos mirando organismos que habían sido muy poco estudiados en Chile, como los líquenes y los mus- gos, en los que se han encontrado nuevos compuestos químicos que podrían tener propiedades medicinales. También hacemos actividades económicas como el eco- turismo con lupa. El respaldo que la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (anid) del Ministerio de Ciencia de Chile ha dado al chic y a las universidades asociadas va creciendo como una bola de nieve. Y eso contribuye a implementar estos preciosos laboratorios naturales que tenemos en el país. entrevista Un ejemplar del pájaro sietecolores. Crédito: Cristian Pinto Fernandez/Flickr “En la medida en que recuperamos esta memoria biocultural, compren- demos que, en realidad, la diversidad biológica no es algo que esté fuera de la cultura”. 36

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