Palabra Pública N°30 2023 - Universidad de Chile

Chile (foji). Una gesta para la historia musical chilena protagonizada, en parte, por niños, niñas y adolescentes. —Cuando veo las fotos, cuando se lo cuento a alguien, todavía me emociona, porque encuentro que lo que ocu- rrió fue histórico. Un hito no solo para los anales de la historia en términos de ‘se estrenó [en Chile] la Octava de Mahler’. Ese es un hecho, pero hay algomás. Tiene que ver con el triunfo humano que simboliza, eso estábamos cele- brando —recuerda Bortolameolli. ¿Pensaste alguna vez en abandonar ese gigantesco barco? —Esas dos horas que duró el concierto marcan un momento musical muy significativo. Pero coronan un proceso de siete meses de preparación de un concierto que fue bastante cuestionado, efectivamente. Yo nunca tuve dudas. Jamás. Tampoco hubo ninguna duda entre los que estábamos liderando esto, que éramos muchos: ins- tructores, directores de coros, solistas, cantantes, hasta los papás de los niños. La gente no cabía en el Caupoli- cán, había una fiebre, un fanatismo. Me acuerdo perfecto: estaba en el camarín y, de repente, cuando faltaban cin- co minutos, empecé a escuchar muchos aplausos. Y era porque estaban empezando a salir los coros. El fervor que había antes de la primera nota era impresionante. Bortolameolli conversa en un café frente al Teatro Municipal de Santiago. Está de paso por el país para E l órgano no funcionaba. Aunque a las 20 horas de ese 13 de enero de 2023 debía iniciar la función, diez minutos después aún no se veía al director de orquesta en escena en el Teatro Caupolicán. Tras bambalinas, el personal de apoyo, con radios en las manos, corríadesesperado. El pianista JorgeHeviaacusóqueel órga- no no estaba sonando. Se trata del instrumento quemarca el inicio de la Octava Sinfonía (1906) del compositor austro-bo- hemio Gustav Mahler, y que ese día iba a ser interpretada por primera vez en Chile. Una obra que los programas loca- les evitan debido a su partitura exigente, que considera dos coros, más uno de niños y ocho solistas; un armonio, una celesta, campanas tubulares, una sección de bronces alejada del entarimado que expulsa una especie de sonido espectral, un gong y un largo etcétera de instrumentos que suman unos 600músicos: el llamado “Everest” de lamúsica clásica. Paolo Bortolameolli (Viña del Mar, 1982), el dueño de la batuta ese día, se enteró del desperfecto por el alboroto y se negó a salir sin el órgano, cuyo acorde inicial marca la entrada de los coristas. No se sabe si fue un problema eléctrico o técnico, pero el instrumento volvió a funcio- nar, como un acto de Dios o del cosmos, como también fue considerada por la crítica la primera interpretación de la Octava de Mahler en Chile. La sinfonía se ejecutó en el marco de las celebraciones del trigésimo aniversario de la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil, precursora de la actual Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Bortolameolli dirigiendo la Octava Sinfonía de Mahler ejecutada por la foji, en el Teatro Caupolicán, en enero de 2023. Crédito: foji 29

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