Palabra Pública N°30 2023 - Universidad de Chile

Si bien compartí algunas de las convicciones de mi generación —in- cluida la idea de que sabíamos más que nadie antes que nosotros—, deci- dí que el arte y la educación serían las herramientas con las que podría ayu- dar a cambiar el mundo. Muchos de mis compañeros en la escuela de arte pensaron lo mismo y nos propusimos modificar el currículum educativo de forma radical. Organizamos protestas y conseguimos lo que queríamos. Una demis tristesmisiones fue ir, en nom- bre de los estudiantes, a hablar con el profesor de historia del arte contra el que protestábamos. Debía decirle que queríamos a alguien más en sin- tonía con el arte contemporáneo, y que estudiar la obra de Praxíteles no era suficiente para atender nuestras demandas educativas. Tampoco nos convencía su idea de que el amor y la muerte fueran las únicas motiva- ciones para hacer arte. El profesor, que era un poeta de renombre a nivel nacional, me miró desconcertado y preguntó: “¿Pero qué más hay?”. En ese momento, tomé sus dichos como una confirmación de nuestro deseo de echarlo. Hoy me avergüenzo de nuestra insensibilidad esquemática. Él había planteado un tema digno de debatir largo y tendido, y no necesa- riamente para hacernos cambiar de opinión. Aunque el amor y la muerte no sean una explicación exhaustiva del arte, influyen en él y merecen una discusión. Estaba convencido de que el éxito artístico me daría credibilidad y me ayudaría a que la gente escuchara lo que tenía que decir. Esto, por su- puesto, iba unido a la creencia de que valía la pena escuchar lo que yo tenía que decir. Ganarme un público no fue tarea fácil. Mientras enseñaba Homenaje a Emilia (2020), de Ana Montes. Acrílico sobre tela, 28x22 cm. Gentileza de la artista. “Noto que mis interlocutores temen que una respuesta a mis provocaciones pueda suponer una falta de respeto a mi vejez o, peor aún, que crean que estoy utilizando mi edad como un abuso de poder”. 19

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