Palabra Pública N°29 2023 - Universidad de Chile
mauricio barría Dramaturgo e investigador teatral. Doctor en Filosofía conmención en Teoría del Arte y Estética de la U. de Chile. Profesor asociado del detuch. de esa época, la realidad de los desa- parecidos, la tortura y la cultura de la muerte eran elocuentes. Y en todas ellas, la alegoría era el recurso usado para subvertir el habla dominante. En Historias de un galpón abando- nado , la alegoría toma la forma de un espacio habitado por figuras espec- trales. En el caso de Cinema Utoppia , la alegoría constituye una compleja trama espacial. La historia sucede en un cine de barrio de los años 50, en que los habitués son personas solitarias que ven una película que los lleva a un futuro distópico. Ven lo que nos va a pa- sar : la escena de un París de exiliados y cuerpos fracturados por la violencia política y de género. Aquí, como en 99- Lamorgue —enque el espacioadquiere la fisonomía de una morgue: “Chile es unamorgue”, está diciendoGriffero—, la cuestión de la historia se torna direc- ta. A través de la alegoría, se crea una reflexión sobre la historicidad como un relato de la ruina y la finitud, y con ello se plantea un pensamiento sobre el poder soberano y su futilidad. Los personajes son fantasmas que deam- bulan intentando reatar los hilos de un tejido roto, pero en ello encuentran su posibilidad de emancipación. Griffero hace un ejercicio brillan- te de memoria, en que volver sobre el pasado es girar oblicuamente la mirada para percatarnos de que eso que creemos rememorar es también nuestro presente. El tiempo no trans- curre linealmente, y la memoria es esa insistencia material del tiempo que va y viene. A 50 años del golpe, esta trilogía sigue reverberando con la misma fuerza que en ese entonces. E n 1987 apareció en la revis- ta Apsi la columna “Hacia un teatro autónomo”, donde el director Ramón Griffero escribía: “Los nuevos códigos de la es- cena brotan de una marginalidad que no es más que un espacio autónomo (…) inspirado en la ansiedadde unniño quenoquierehablar como ellos hablan ni representar como ellos represen- tan”. Esta declaración, que refleja el espíritu de la producción contestataria de entonces, adquiere vigencia hoy a la luz de lo que ha pasado desde que el sueño de un proceso constituyente se convirtió en una pesadilla reacciona- ria. ¿Cómo ese fracaso retumba hoy en la conmemoración dolorosa de los 50 años del golpe cívico-militar? Quizás olvidamos que, durante la dictadura, la lucha no se daba sola- mente en las calles o en los espacios institucionales, sino también en los imaginarios, entendidos no solo como la producción de discursos contraco- municacionales, sino también como la elaboracióndeun lenguajeparapensar lo impensable, lo aún por-venir. De ahí la importancia que tenía la creación de un imaginario de la emancipación. Fiel a ese itinerario, Griffero volvió desde el exilio para montar la Trilogía del fin de siglo , compuesta por Historias de un galpón abandonado (1984), Ci- nema-Utoppia (1985) y 99-La morgue (1986). Como en ninguna otra obra Trilogía del fin de siglo , de Ramón Griffero: Lo que hoy nos habla teatro 83
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