Palabra Pública N°29 2023 - Universidad de Chile

“Le tomamos harta distancia a la película en ese mo- mento. El chancacazo final es demasiado fuerte”. Así resume Perelman lo que vivió al momento del estreno de A la sombra del sol . Corría noviembre de 1974 y continua- mente les llegaban noticias de conocidos y amigos que habían sido detenidos por la dina, la policía secreta de Pinochet. Su temor aumen- tó cuando no supieron más del argentino Carlos Piaggio, montajista de la película. Más tarde, Perelman se enteraría de que la dina usó su casa como ratonera: el método era que cada persona que iba a ese lugar caía detenida. Lo retuvieron junto a su mujer, Francisca Valdés, y su hijo pequeño. Perelman fue al preestreno de la cinta, el 28 de noviem- bre de 1974, en el cine Las Condes, sin ningún ánimo de celebración. Recuerda que la sala estaba semivacía y que había tensión entre sus más cercanos. Junto a su pareja de entonces, Paula Sánchez, compartían una casa en avenida Los Leones junto a Jorge Müller y Carmen Bueno. Sabían que en cualquier momento podrían caer. Para resguardar- se, Perelman y su mujer decidieron que al día siguiente se irían a la playa. Müller y Bueno, que entonces tenían 27 y 24 años respectivamente, acordaron dormir esa noche en la casa de una amiga. Fue en esa función de A la sombra del sol donde Perelman los vio por última vez. A la mañana siguiente, el 29 de noviembre, Carmen Bueno y Jorge Müller fueron detenidos por la dina en la esquina de Los Leones con avenida Bilbao. Fueron vistos en Villa Grimaldi, centro de detención donde Francisca Valdés fue testigo de las torturas a Carmen Bueno. Luego, fueron trasladados a Cuatro Álamos, donde también estuvo dete- nido Piaggio. En diciembre de 1974 se les perdió la pista. En enero de 1975, Perelman decidió salir del país. Al mes siguiente, su hermano, el ingeniero químico Juan Carlos Perelman, miembro del mir, fue detenido. Ese mismo año, él y Carmen Bueno aparecerían en la fatídi- ca lista de la Operación Colombo, un montaje mediático con el que la dictadura intentó ocultar la muerte de 119 detenidos desaparecidos. Tras vivir en Venezuela, Colombia y México, Pablo Pe- relman volvió a Chile en 1979, con la convicción de que algún día filmaría la historia de su hermano. Censurada por la dictadura, Imagen latente (1987) recién pudo estre- narse en 1990, con el regreso de la democracia, y provocó un remezón. Por primera vez, el cine chileno hablaba de los detenidos desaparecidos. En los años 80, A la sombra del sol , esa película que se filmó en los estertores de la up, volvió a la vida. Cuando se estrenó, no fue el éxito de taquilla con que el produc- tor soñó, aunque hay testimonios de que fue exhibida en regiones en programas dobles con cintas de James Bond, para aprovechar los beneficios tributarios de las películas chilenas en ese momento. Demanera impensada, la película tomó otro significado. El 29 de noviembre de 1984, diez años después de su estre- no, se realizó un acto en recuerdo de Carmen Bueno y Jorge Müller, en la Parroquia Uni- versitaria, en la plaza Pedro de Valdivia, a pocas cuadras de donde fueron detenidos. Fueron los padres de ambos y gente del cine, y desde esa fecha, en sumemoria, el 29 de noviembre fue declarado el Día del Cine Chileno. Justamente un 29 de no- viembre, Perelman volvió por primera vez a Caspana, a inicios de los 2000, para una proyección de A la sombra del sol . Luego, regresaría a filmar un documental sobre las iglesias del norte y descubriría el culto en torno a la película. Allí se enteró de que la mayoría la había visto en el cine, cuando se estrenó en Calama. Y que sucesivas copias en video han circulado entre la gente de Caspana, Chiu-Chiu y San Pedro. “Para ellos, era un recuerdo significativo, parte del álbum familiar, una anécdota del abuelo, un pequeño tesoro que conservaron y aún conservan, algunos, en su celular”, cuenta el cineasta. Hace dos años, apoyado por la Fundación Altiplano, volvió a Caspana para filmar el cortometraje A la sombra de Alto Loa . En un ejercicio de memoria conmovedor, podemos ver a algunos de los que participaron. El testimonio de la dirigenta atacameña Ximena Anza lo resume así: “Cuando hablan de las comu- nidades indígenas como algo que está muerto, siempre les recomiendo ver la película”. De una manera misteriosa, como una fuerza superior que lo ha organizado todo, al decir de Perelman, esta pe- lícula por encargo, último testimonio de una época y de un sueño colectivo, hoy toma una nueva vida. Caspana la siente como propia, inmortal. «De una manera misteriosa, como una fuerza superior que lo ha organi- zado todo, al decir de Perelman, esta película por encargo, último testi- monio de una época y de un sueño colectivo, hoy toma una nueva vida». Pablo Perelman en la grabación de A la sombra del sol . Foto: Antonio Ríos. 59

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