Palabra Pública N°29 2023 - Universidad de Chile
FernandoGarcíapermaneciódosmeses asilado en laEm- bajada de Honduras, junto a medio centenar de personas, entre ellos Bunster y el actor Nelson Villagra, protagonista de las películas El chacal de Nahueltoro y Tres tristes tigres . Tras recibir la autorización para viajar a Honduras, García y Bunster abandonaronChile en el mismo avión, pero en una escala en Perú, García decidió quedarse ahí. Bajó a la loza del aeropuerto y desacató el destino que le impusieron. En Perú estuvo hasta 1979, donde realizó importantes aportes a la musicología, un área en la que todavía no se lo recono- ce debidamente. Se adentró en la selva y en otros recovecos del país para escribir el libro Mapa de los instrumentos mu- sicales de uso popular en el Perú (1978). Mientras tanto, en Chile, se proscribía todo lo que sonara a andinidad. Luego viajó junto a Hilda Riveros a Cuba, invitada por Fidel Castro para trabajar con la coreógrafa local Alicia Alonso, de re- conocimiento mundial. Volvieron a Chile en diciembre de 1989, aún con Pinochet en el poder. García agradece que lo hayan “botado” del país. “Me alegra mucho. Fue una suerte porque conocí varios países”. En el exilio, Fernando García compuso varias obras sobre su experiencia que, confiesa, ya no recuerda. “Escribo por- que tengo ganas de escribir. No sé cómo explicarle. Porque necesito escribir. Pero no cumplo con ningún objetivo”. Su memoria se refresca al parafrasearle los versos de Neruda o Huidobro que utilizó en sus obras. Entre ellas destacan Las raíces de la ira , escrita en Perú en 1976 y de- dicada a Víctor Jara. También Evocaciones , compuesta en 1980 en Cuba, considerada la primera obra de flauta sola con contenido social escrita en Chile. Esta pieza incluye el epígrafe “La luz vino a pesar de los puñales”, el mismo tex- to de Neruda empleado en América insurrecta . ¿Por qué siguió creando obras en el exilio? —Yo me imagino que a todos los gallos que componen les pasa lo mismo, que se sienten con la obligación de no desligarse de su pasado. Uno es quien es y tiene que seguir siendo quien es. Aunque lo manden a Marte. ¿Cree que con sus obras es posible entender algunos de los contextos en los que vivió? —No. Todos los seres humanos pensamos, tenemos pos- turas. Y yo, por alguna razón, soy militante del Partido Comunista, soy militante de un partido político. Eso sig- nifica que me interesa lo que ocurre a mi alrededor. Por consiguiente, lo que yo siento y pienso se transmite forzo- samente en mi trabajo. Todo lo que usted hace tiene que ver con usted, todo lo que yo hago tiene que ver conmigo y yo hago música porque tengo ganas de escribir música. ¿La música de tradición escrita puede ser una música comprometida? —Sí, en la medida en que el sujeto que la hace es compro- metido. Y comprometido con cualquier cosa, no solo con la revolución. La verdad de las cuestiones, es que yo imagino que todos los músicos y los compositores escribimos músi- ca nopensando enque se va a tocar, sinoporque no tenemos otra cosa que hacer. Porque en la República de Chile nadie puede vivir de la música, eso es imposible. Estoy hablando de la música llamada culta o docta o como sea, de tradición escrita (…) Uno escribemúsica igual como el jardinero plan- ta una flor que espera que florezca en algún instante. Foto: Felipe PoGa 53
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