Palabra Pública N°29 2023 - Universidad de Chile
Los diarios sumaron notas y cartas con diatribas en contra de la Universidad de Chile, organizador del fes- tival. “Faltó que alguien gritara: ¡Viva el partido...!”, escribieron en La Nación . Domingo Santa Cruz, el de- cano de ese entonces de la Facultad de Ciencias y Artes Musicales, tuvo que salir en defensa de la universidad y del mismo García. “Produjo una reacción muy bienve- nida para mí, porque me hice famoso. Una obra de esa naturaleza no tiene ninguna trascendencia para la so- ciedad, pero se armó una tremenda pelotera”, recuerda García sesenta años después. América insurrecta obtuvo el más alto puntaje en los conciertos sinfónicos del festi- val de 1962 y es considerada una de las primeras obras de tradición escrita con carga social en Chile. Fernando García, compositor, académico y musicólogo, Premio Nacional de Artes Musicales 2002, ríe cuando se acuerda del episodio. A sus 92 años, el maestro, como lo llaman, sigue com- poniendo. En un cuaderno continúa escribiendo obras que hoy suman más de quinientas. García mantiene in- cólume, también, sus convicciones sociales. “Yo soy un convencido de que el sistema en que vivimos es perfecta- mente inapropiado para el ser humano y hay que buscar un acomodo”, reflexiona. América insurrecta se la dedicó al Partido Comunis- ta de Chile por sus 40 años de existencia, institución en la que aún está registrado. En 1959 recibió su carnet de T ras sonar el último compás de América insurrecta , los presentes en el Teatro Astor se enfurecieron. “¡Que se vaya a Cuba!”, vituperaban algunos, mientras otros aplaudían con ganas. La obra, pre- sentada por Fernando García Arancibia (1930) en el Octavo Festival de Música Chilena de 1962, y que termina con el coro cantando “la luz vino a pesar de los puñales”, envalen- tonó a los asistentes. Consideraronque la composición, una pieza de música de tradición escrita —culta, clásica, como desafortunadamentemuchos la llaman—era un llamado a la revolución, por su contenido social y latinoamericanista. Los textos de Canto general de Pablo Neruda, que son parte de esta cantata con orquesta, coro y solista, fueron conside- rados una blasfemia para la música sinfónica. Uno de los más afectados fueDaniel Quiroga, funcionario del Instituto de ExtensiónMusical de la Universidad de Chile que estaba apostado en la puerta del teatro: fue golpeado en medio de la reyerta. Fernando García dice que se sintió como Wag- ner. Otros compararon la trifulca con el estruendo que provocó el estreno de La consagración de la primavera , de Stravinski, en 1913. “Desde el punto de vista de la posición del músico ante la sociedad, la obra responde a lo llamado ‘realismo so- cialista’, esto es, a una actitud ética frente al arte, de lo que se deduce que hay que ser absolutamente consecuen- te con la época en que se vive”, explicó García en la prensa tras el estreno de la pieza. Fernando García en su casa, en Santiago. Foto: Felipe PoGa. 51
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=