Palabra Pública N°28 2023 - Universidad de Chile

Los distintos nos miramos Bajo sospecha: Zokunentu, de Daniel Díaz E lisa Loncon mencionó en su último discurso como presidenta de la Convención Constitucional que ese órgano nos permitió “vencer el miedo, el descono- cimiento y la ignorancia, porque ahí estamos los distintos que necesitamos mirarnos”. “Mirarnos” no es lo mismo que “ver”, no solo porque tiene la potencia de la primera persona del plural, sino tam- bién porque apela a nuestra voluntad. No toparse con un objeto —algo propio del “ver”—, sino enfrentarse a él, en- frentarnos a nosotros como colectivo de distintos. “La pa- tria es el otro” es un lema similar que circuló en Argentina durante los gobiernos kirchneristas. En un contexto en que se multiplican los discursos y las prácticas discriminatorias, donde no se reconoce lo distin- to, o se lo estigmatiza, podríamos juzgar que hoy aquellas palabras de Loncon se presentan más como una promesa que como una realidad, un “ahí” que todavía resuena. Aun- que las palabras, como las imágenes, no tienen necesaria- mente que corresponder con una realidad, sino que pueden tener también la potencia de contrastarla, señalar sus faltas, sus silencios, sus invisibilidades. El documental Bajo sospecha: Zokunentu , de Daniel Díaz, explora las complejidades y conflictos de una de- finición cultural identitaria que se construye con mira- das, desplegando los modos en que somos distintos. En este caso, se trata de ser mapuche en Santiago, una ciu- dad donde las culturas tienden a una mayor hibridación, pero donde se producen a su vez borraduras, exclusiones y estigmatizaciones. “¿Soy mapuche?”, se pregunta el di- rector, “¿es mi familia mapuche?”. Las abuelas de Díaz tienen apellido mapuche, pero ese rastro ya no está en su nombre, y ello no solo por los dispositivos patriarcales, sino también por la estigmatización y violencia que se ha ejercido históricamente sobre este pueblo. El disparador del relato, y lo que inicia la película, es la injusta detención que sufre su tío, el reconocido artista Ber- nardo Oyarzún, al que la policía confunde con un ladrón POR LAURA LATTANZI de apariencia supuestamente similar. “Tiene la piel negra, como un atacameño. El pelo duro, labios gruesos prepo- tentes, mentón amplio, frente estrecha, como sin cerebro”, dice el reporte policial, una descripción que se asemeja a los discursos de la antropología criminal que surge en el siglo XIX como un respaldo “científico” de los prejuicios que existían hacia los sectores populares. Este suceso es el mismo que Bernardo Oyarzún trabaja en la obra que lleva parte del mismo nombre que el documental —“Bajo sos- pecha”— y que fue incluido en la exposición que el artista instaló en la Bienal de Venecia 2017, invitado a representar a Chile —he aquí otra capa de las complejidades sobre la identidad y las representaciones—. Años más tarde, este su- ceso y obra inspiran a su sobrino. En Bajo sospecha: Zokunentu , Díaz muestra una re- flexión íntima de la carrera y trayectoria de su tío, en la que recorre algunos de sus trabajos más relevantes y los procesos de creación asociados, a la vez que indaga en su propia identidad y la de toda su familia, destacándose so- bre todo la biografía de sus abuelos. Para ello se vale de diversos recursos cinematográficos. En primer lugar, está la voz en off del director, quien narra en mapugundún, de- cisión ética y estética que se añade al prisma identitario del film. “Vivir otra lengua es la única manera de habitar todo este inmenso despojo”, menciona Díaz en una declaración que busca justificar esta elección. También se vale de varios documentos de su archivo familiar para componer el rela- to: videos y fotografías de reuniones familiares, registros de su tío —de sus procesos creativos, de sus obras, de su testimonio—, y también algunos propios —en su mayoría registros hechos a sus abuelos y su tío—. El trabajo con es- tas imágenes de archivo es cuidadoso y atento, y tal como observamos en los documentales contemporáneos, los documentos de archivo se vuelven una superficie que nos permite mirar, mirarnos, identificar gestos y expandirlos en su sentido, denunciar los estigmas que se posan sobre ellos; en definitiva, convertirlos en un material performáti- 58

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