Palabra Pública N°28 2023 - Universidad de Chile
45 Carla Simón (España) En tiempos en que el peso del ejercicio autobiográ- fico se mide a través de documentales que demuestran valentía en la exposición, la catalana Carla Simón (36) ha usado la ficción —con su capacidad de inspiración y desviaciones— para reflexionar sobre su vida. Toda su obra gira en torno a la familia y un hecho que la mar- có de niña: la muerte de sus padres, víctimas del sida, y su crianza en el campo junto a sus tíos, quienes se convirtieron en sus tutores. Su aclamada ópera prima, Verano 1993 (2017), narra esta historia sobre un pro- ceso de reconstrucción de la memoria que no rechaza la imaginación como complemento. Simón construyó una ficción sobre sensaciones reales, o los recuerdos de aque- llas sensaciones, comulgando con una larga tradición de películas españolas que analizan el mundo a través de los ojos de la infancia (pensemos en, por ejemplo, Criacuer- vos , de Carlos Saura). El cine de Simón está despojado sin embargo de los recursos expresionistas de muchas de aquellas películas del pasado. Su naturalidad es impre- sionante. Verano 1993 parece un documental arropado de ficción. La directora sabe encontrar, con detallismo y sutileza, esa “verdad” que muchos cineastas han buscado —de Dreyer a Cassavetes— con un afán religioso. Es un cine de silencios, pequeños gestos, momentos, rostros, omisiones, cosas que se escuchan de costado. Alcarrás (2022), su último largometraje (disponible en MUBI), va aún más allá en la contemplación no-inter- vencionista de la recreación que Simón hace de su pasado rural. Si bien hay un conflicto macro (la apacible exis- tencia en torno a granjas que se ven amenazadas por los planes de instalar paneles solares y botar árboles), el filme se construye desde lo micro. La cámara está en función de un ecosistema —varias generaciones de la familia Solé— que la directora observa con más interés sensorial que na- rrativo, demostrando que el cine puede transmitir el calor, los sonidos y las sensaciones del verano. La filmografía de Simón se completa con nueve cortos que, de alguna manera, se desprenden de su his- toria personal. Born Positive (2012) sigue a tres jóvenes ingleses que nacieron con VIH; Lipstick (2013) narra cómo dos niños deben lidiar con la muerte de su abuela y Llacunes (2016) reconstruye la figura de su madre a través de fotografías y cartas. La necesidad de comu- nicarse con esa mujer que la cineasta apenas recuerda continúa en su última obra: Cartas a mi madre para mi hijo (también en MUBI), bellísimo cortometraje en 8mm en el que conecta su propia maternidad con la de su madre. Un ritual visual en el que el cine actúa como medio de sanación. Elena Ternovaja
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=