Palabra Pública N°28 2023 - Universidad de Chile
«Cuando cambie la pirámide poblacional de forma dramática y tengamos un 30% de población mayor, la sociedad tendrá que hacer un cambio de roles de manera forzada», asegura Pablo Villalobos. señala Rafael Jara, geriatra del Hospital Clínico de la Uni- versidad de Chile y presidente de la Sociedad de Geriatría y Gerontología. Por ello, no es conveniente generalizar, y quienes investigan el tema se refieren, de hecho, a “veje- ces”, porque no hay una manera única de envejecer. “Chile es superdiverso en cuanto a temas geográficos, culturales y sociales, por lo tanto, existe un espectro am- plio de respuestas frente a lo que significa ser una persona mayor”, señala Carola Salazar, antropóloga y académica de la Universidad Católica de la Santísima Concepción. No todas están en condición de dependencia ni todas tienen la energía para hacer cosas nuevas, pero hay muchas que sí. La V Encuesta Nacional de Calidad de Vida en la Vejez (2019), realizada por la PUC y Caja Los Andes, señaló que el 49% percibe su salud como buena. ¿Qué nos ha llevado a vivir más? El desarrollo de la medicina y el hecho de que más personas puedan acceder a ella, además de las mejoras en las condiciones sociales y culturales, entre otros factores. Nuevos tratamientos permiten que enfermedades antes mortales ya no lo sean, aunque surgen nuevas pa- tologías asociadas a la edad. “El ejemplo más claro es la demencia, una enfermedad que tiene una aparición típi- camente en la adultez mayor. Como antes la gente no lle- gaba a esas edades, no había necesidad de considerarlo un problema de salud pública serio, pero ahora es distinto”, indica Gonzalo Mena, acadé- mico chileno del Departamento de Estadística y Ciencia de Datos de la Universidad Carnegie Mellon, Estados Unidos. Mena también asegura que el aumento de la obe- sidad podría llevar a que las poblaciones envejecidas futu- ras también tengan más problemas de diabetes. Con todo, la esperanza de vida en Chile hoy bordea los 80 años. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el 18,1% de los chilenos tiene sobre 60 años, y para 2050 serán el 32,1% de la población. Quienes nacieron antes de 1990 ya estarán en este grupo y, probablemente, a la mayoría le quedarán al menos dos décadas más por vivir. Mientras tanto, la esperanza de vida global ya sobrepasa los 70 años, y si bien algunos académicos argumentan que es poco probable que se superen los 85 años, otros aseguran que podría llegar incluso a los 115. El estudio “Perspectivas demográficas sobre el aumento de la longevidad”, publicado en 2021 en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), se- ñala que en los países con mejores resultados, la esperanza de vida ha aumentado a un ritmo de 2,5 años por década. De continuar así, “la mayoría de los niños nacidos en este milenio cumplirán 100 años”, aseguran sus autores. Sin em- bargo, no hay certeza de que esta tendencia pueda seguir; y en ello influyen factores sociales, económicos, médicos, culturales y políticos. Por ejemplo, otra pandemia, que en 2020 disminuyó en un año la esperanza de vida en Chile. *** Para nuestro país se proyecta que a junio de 2023 habrá 71,6 adultos mayores por cada cien menores de 15 años, es decir, menos de dos personas en edad de trabajar por cada jubilado/a. “En línea con los países industrializados, Chile también ha tenido una disminución de la fertilidad (canti- dad de hijos por mujer fértil) y la natalidad. La consecuen- cia negativa de esta baja es que, al estar acompañada de una disminución de la mortalidad, implica que la proporción de gente mayor va a crecer. En Chile, los mayores de 65 corresponden a un 16%, y se estima que llegarán a un 22% en 2030”, sostiene Gonzalo Mena. Esto trae desafíos, como tener un sistema de salud preparado para la atención de personas mayores —hoy sigue enfocado en niños y adultos, mientras los geria- tras escasean— y un sistema de cuidados robusto, pero también es fundamental la sostenibilidad de los sistemas de pensiones debido a la dis- minución de la tasa de reem- plazo. Esta última trae asocia- da una discusión compleja: el aumento de la edad de retiro. Retrasar la edad de jubi- lación no es una decisión fácil, sobre todo en un país con altos niveles de desigualdad, los que son aún más notorios entre adultos mayores. “Un problema sería aumentar la edad de retiro sin asegurarse de que la calidad de vida y salud tenga un estándar mínimo en toda la población, porque se estará generando la injusticia de que la gente más pobre tenga que trabajar más enferma”, dice Mena. En general, los estudios asociados al trabajo en la terce- ra edad —parcial y que no implique riesgos a la salud— se- ñalan que este mejora la calidad de vida, explica Macarena Rojas, directora ejecutiva del Centro UC de Estudios de Vejez y Envejecimiento y del Observatorio del Envejeci- miento UC-Confuturo. “El trabajo hace que las personas se sientan más incorporadas a la sociedad y que no pierdan las redes sociales. También mejora su bienestar a través de los ingresos, pero lo más importante es atender este tema con flexibilidad y responsabilidad, porque no es blanco o negro. Hay rubros donde es imposible aumentar la edad de jubilación, pero en otros hay una posibilidad de retiro más flexible y eso puede ser positivo”, indica. La antropóloga Carola Salazar asegura que desde el punto de vista demográfico, las personas están llegando 20
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