Palabra Pública N°27 2022 - Universidad de Chile

SVENSKA ARENSBURG Psicóloga, Doctora Cum Laude en Psicología Social por la Universidad Autónoma de Barcelona. Académica de la Facultad de Ciencias Sociales y directora de Extensión de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile. Todas las crisis nos enfrentan a tener que, de repente, gol- pearnos ante realidades que no queremos ver. También nos tocó vivir una pandemia. Estuviste in- volucrado en un trabajo en torno a las posibles conse- cuencias de las medidas de confinamiento. ¿Qué puedes decir sobre esto? —La pandemia, como toda catástrofe, pone en juego lo peor y lo mejor. En el lado negativo está la cantidad de formas que tenemos de negar la realidad. Por ejemplo, la cantidad de personas muertas es tremenda, y eso no tiene ninguna inscripción simbólica, social. Dejará una marca importante, porque los traumatismos se viven también a posteriori . Con la pandemia puede pasar algo así, y por eso va a ser fundamental entregar mejores y mayores recursos para el trabajo con los duelos y los procesos postraumáti- cos. Pero la catástrofe sanitaria, económica, social que trajo la pandemia no solo pone en evidencia lo que ya estaba ahí —las desigualdades, los abusos, las precariedades—, sino también levanta recursos olvidados, formas de solidaridad, posibilidades de elaboración y de transformación. Es interesante imaginar que la incertidumbre puede ser una oportunidad para imaginar proyectos, es decir, que puede ser una fuente de inspiración, un espacio desde donde pensarse, un trabajo permanente. —La incertidumbre no es necesariamente un signo de mala salud mental, de desesperanza o sufrimiento. Puede adquirir esa forma dependiendo del modo en que se transmita. Hay incertidumbres que son necesarias porque abren una pregunta por lo que viene, y hay cer- tezas que no son buenas, porque cierran esa pregunta. El asunto es cómo imaginar una incertidumbre que abra preguntas, pero que también abra la posibilidad de res- ponder. Y eso es lo que viene ahora: buscar nuevas for- mas, imaginar, inventar nuevos procesos políticos. Pa- sar de las certezas —todo mal— a las preguntas —¿por qué?— y, desde ahí, a posibles respuestas. ¿Cómo entiendes el malestar en el presente? —Respecto al malestar actual, y lo digo tanto en el plano individual como colectivo, pienso que serán otros tiempos los que nos permitirán decir algo más preciso. Esto nos obliga a reconocer nuestras ignorancias. Lo actual es siempre difícil de pensar, pero por lo mismo nos abre a la posibilidad de reconocer que lo que vivimos hoy puede ser leído bajo otras encrucijadas históricas. Es decir, hay que reconocer el pasado para que pueda pasar, para que no lo vivamos como una pura repetición de lo mismo. A la vez, el pasado nos abre preguntas sobre el porvenir y sobre cómo pensar estas cosas bajo el modo del conflicto, de los deseos, y no solo de lo traumático. No veo por qué lo que ocurre en el campo de la salud mental sería tan diferente a lo que ocu- rre a nivel de nuestra sociedad: tratar de pensar el presente desde las condiciones pasadas para abrirse a un porvenir. Felipe PoGa Svenska Arensburg y Roberto Aceituno, psicólogos y académicos de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile. 17

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