Palabra Pública N°27 2022 - Universidad de Chile

El tema, tan complejo como fascinante, es una de las pasiones del físico teórico y ensayista Carlo Rovelli (Vero- na, 1956), cuya historia cuenta en su último libro, Helgo- land (Anagrama), en el que sigue los avances de la teoría cuántica desde Max Planck, poniendo especial atención en el físico alemán Werner Heisenberg (1901-1976), quien mientras estuvo en Helgoland, una pequeña isla alemana del mar del Norte, ideó las ecuaciones que cambiaron la historia de la física. Como todos sus ensayos, no se trata solo de un libro de divulgación, sino de un texto escrito con vocación literaria. De ahí que John Banville lo llame “el poeta de la física moderna”. Rovelli es uno de los fundadores de la teoría de la grave- dad cuántica de bucles, a través de la que se intenta conci- liar las dos grandes teorías de la naturaleza desarrolladas en el siglo XX: la relatividad general de Einstein y la mecánica cuántica. La primera explica la gravitación y el mundo ma- croscópico, pero no funciona a nivel microscópico, donde sí lo hace la mecánica cuántica. El físico plantea que exis- te una estructura fina y granular del espacio, y que podría aplicarse desde el Big Bang hasta los agujeros negros. Pero aún no ha sido probada experimentalmente. Su trabajo en la actualidad se centra en dos temas: “Uno se refiere a los agujeros negros. No sabemos qué pasa en el centro de un agujero negro, donde todo cae. Tampoco sa- bemos qué sucederá con un agujero negro en un futuro leja- no. Estoy aplicando la gravedad cuántica de bucles, la teoría tentativa de la gravedad cuántica en la que he trabajado a lo largo de mi vida, para comprender qué sucede en el centro y en el futuro distante de un agujero negro”, cuenta desde Francia. El otro se refiere a la dirección del tiempo: quiere entender exactamente por qué el futuro es diferente al pasa- do. “¿Por qué el pasado es fijo y el futuro abierto? ¿Por qué recordamos el pasado pero no el futuro? ¿Por qué podemos decidir el futuro pero no el pasado? Creo que estas preguntas tienen una respuesta física precisa”. Y las respuestas posibles no son solo materia de la filo- sofía. “La física fundamental es así: nos obliga a rediseñar o ajustar nuestra estructura conceptual para comprender mejor el mundo”, dice Rovelli, que en Helgoland destaca que la filosofía no era algo ajeno para los mejores físicos del pasado: Einstein, Heisenberg, Schrödinger, Bohr y Newton leían y se nutrían de textos filosóficos, algo que quizás hoy no es tan habitual. La mecánica cuántica es un campo que especialmente intenta comprender el mundo en su nivel más ínfimo, donde la naturaleza se comporta de las maneras más extrañas. En su viaje a Helgoland, Heisenberg concluyó que si conocemos la posición precisa de una partícula, no podremos conocer de forma tan precisa su velocidad y viceversa, aunque tengamos el mejor aparato para medirlas. La incertidumbre es intrín- seca en el sistema y no puede desaparecer. Esta característica, que para la mayoría de las personas es algo que se debería evitar, en la ciencia ha permitido grandes avances. “La incertidumbre es esencial en la ciencia por muchas razones diferentes. Una es simplemente que siempre tene- mos información incompleta, así que siempre tenemos que navegar por la incertidumbre. Gran parte de la ciencia está aprendiendo a hacerlo de manera efectiva. Nuestra vida nunca es conocimiento completo ni ignorancia completa. Estamos en el medio. Y podemos arreglárnoslas en el medio bastante bien”, asegura. Pero la razón más importante es otra, agrega: “La mayo- ría de las veces, lo que nos impide obtener nuevos conoci- mientos, una mejor comprensión, es que tenemos ideas en nuestra cabeza que están equivocadas. Pero nunca sabemos cuál está mal. Entonces, a menos que estemos abiertos a la posibilidad de que podamos estar equivocados, nunca desarrollaremos nuevos conocimientos. Por eso, la incerti- dumbre es el corazón profundo de la ciencia. La ciencia no se trata de encontrar algo cierto. Se trata de aprender más estando abiertos a cuestionar lo que creemos que sabemos. Es decir, aceptar la incertidumbre”. En el libro There Are Places in the World Where Rules Are Less Important Than Kindness (2018), aún no traducido al español y en el que se reúnen sus artículos periodísticos, Rovelli desempolva las ideas de Bruno de Finetti (1906- 1985), probabilista italiano, para ensayar en torno a esto: “Hay una profunda lección que aprender de las ideas de De Finetti, una que creo que se refiere a todos nosotros, a nuestra vida cotidiana y espiritual, y a nuestra vida como ciudadanos: no podemos librarnos de la incertidumbre. Po- 10

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=