Palabra Pública N°26 2022 - Universidad de Chile

una revuelta que remeció lo impensado, terminó por ser escuchada: todo ese movimiento —que no se puede cristalizar simplemente en la revuelta, pues sería injusto con las luchas de tantos y tantas que venían hacía muchos años saliendo a la calle— ahora convertido en un libro, en un puñado de palabras, en 178 páginas escritas por un grupo de personas elegidas democráticamente, con paridad de género, con escaños reservados para los pueblos originarios, en una situación inédita y ejemplar, en muchos sentidos, para el mundo —para el futuro—, aunque tanto le cueste aceptarlo a aquellos que desde el comienzo del proceso decidieron boicotearlo. La constitución convertida en un best seller , liderando el ránking de libros de El Mercurio , vendiéndose en todas las librerías, pero ya desde antes, también, en la calle, en las ferias libres, en el Paseo Ahumada, en Providencia, ahí, tirados sobre un paño las decenas de ejemplares. Incluso cuando aún no terminaban de armonizar la propuesta ya se podía encontrar el borrador a $3.000: el deseo irrefrenable por comprender, la búsqueda de respuestas y certezas para avanzar, la curiosidad de un pueblo por su destino. Vuelvo a esa imagen: todo un proceso —un proceso largo de cambios, de discusiones, de movimiento, de exigir que las reglas del juego, por fin, sean otras en un país tan desigual— hoy cristalizado en un libro, en un artefacto que a ratos parece en desuso, pero que está ahí, ahora, en miles de casas, siendo leído, analizado, o quizá simplemente encima de alguna mesa, de algún velador, de algún mueble, como un pedazo de la historia, como el registro de un tiempo que observaremos, años más tarde, estoy seguro, como un momento importante no solo de nuestras vidas, sino, sobre todo, de las vidas de los otros, con los otros. Vuelvo también a esos libros que llenan los anaqueles de aquellas librerías de viejo, esos libros que esconden la memoria secreta de un país y que alguna vez fueron solo un deseo, una apuesta, un salto al vacío, un objeto difícil de codificar, imposible de reconocer quizá: ya luego serían tal vez una novela canónica, un libro de historia ejemplar, un ensayo imprescindible para comprender un pedazo de lo que somos; una ficción, como las de Mariano Latorre, Manuel Rojas o González-Vera; como las novelas y cuentos de Marta Brunet, como un poema de Elvira Hernández o una crónica de Lemebel, que nos empujaron a ir más allá: más allá de nuestras convenciones y convicciones, de nuestros sentidos, de nuestras posturas —sociales, políticas, afectivas— y que esconden, en su centro, una pulsión utópica, un deseo irrefrenable por plasmar en la escritura una otra posibilidad, un futuro como nunca nadie lo imaginó, un pasado quizá que nadie fue capaz de ver: la literatura convertida en ese espacio donde imaginamos lo im- posible, donde ensayamos esa vida que el presente, quizá, nos impide vislumbrar. Tal vez el divorcio entre la literatura, la ficción y los lectores tenga que ver, en parte, con eso: con ese no explorar más allá en la escritura y el lenguaje, con nuestra falta de imaginación, con la desidia de nuestras voces que no han sido capaces de hacer algo con esa pulsión utópica que debiera existir en toda novela, poema o cuento. No puedo dejar de pensar que esta Propuesta de Constitución encierra mucho de eso, pero sin perder la pulsión de realidad que exige un libro de sus característi- cas, una propuesta constitucional que busca darnos las directrices por donde avan- zar hacia un lugar más justo, que se parezca, ojalá, al país que realmente somos. DIEGO ZÚÑIGA (Iquique, 1987). Escritor, periodista y editor. Ha publicado las novelas Camanchaca (2009), Racimo (2014) y el libro de cuentos Niños héroes (2016). En 2021, la revista Granta lo incluyó en su lista de los 25 mejores escritores menores de 35 años en lengua española. Es coordinador general de la Cátedra Abierta UDP en homenaje a Roberto Bolaño. «Todo un proceso cristalizado en un libro, en un artefacto que a ratos parece en desuso, pero que está ahí, ahora, en miles de casas, como un pedazo de la historia, como un momento importante no solo de nuestras vidas, sino, sobre todo, de las vidas de los otros, con los otros». 11

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