Palabra Pública N°25 2022 - Universidad de Chile

Caladan Oceanic / Instituto Milenio de Oceanografía Osvaldo Ulloa junto a Victor Vescovo en enero pasado antes de descender a la fosa de Atacama. 2019, pero decidió seguir visitando otras fosas. En julio del año pasado estaban trabajando al otro lado del Pacífi- co y quisieron venir a la fosa de Atacama. Alan Jamieson me dijo: “Victor Vescovo quiere ir y le gustaría colaborar con ustedes en la parte científica”. El 100% de la ciencia quedó a cargo de Chile. El arreglo fue que el permiso para hacer la expedición quedaba en nuestras manos. Empezamos a buscar los permisos y aquí fue clave el apoyo del Ministerio de Ciencia, porque tuvimos bastan- tes problemas. Finalmente, el entonces ministro de Ciencia [Andrés Couve] conversó con el comandante en jefe de la Armada, que es por donde pasan estas cosas en última ins- tancia, y la Armada nos apoyó. Esto nos tomó varios meses. La expedición se realizó en enero de 2022. Victor Vescovo trajo todo el equipamiento, tripulantes e ingenieros subma- rinistas y los puso al servicio de la ciencia chilena, sin más condición que poder bajar a la fosa junto al equipo. En este caso, se trató de un proyecto particular finan- ciado por un privado, pero sin esa ayuda, ¿se podría ha- cer este tipo de exploración en Chile? —En la exploración de la fosa fuimos tremendamente privilegiados. Pero nosotros partimos haciendo la investiga- ción sin saber esto. La exploración y el estudio del océano lo podemos seguir haciendo. Obviamente necesitamos un compromiso mayor, público-privado. Este tipo de investi- gación es atractiva para gente como Victor Vescovo y uno esperaría que algunos de los millonarios que hay en Chile se la jugaran también por la ciencia. Para dar un ejemplo, cuan- do bajábamos, una de las cosas que Victor me dijo y que me quedó grabada es “Lo que me ha costado esto, la expedición, el submarino; es lo que se gasta uno de mis colegas en un jet privado”. O sea, no estamos hablando de cifras siderales. Son voluntades, y yo mismo he tenido la suerte de que la inves- tigación que he hecho, en gran parte, ha sido financiada por fundaciones privadas, porque en ningún proyecto individual de nuestro sistema de ciencia, ni siquiera de los centros como el Instituto Milenio, podemos hacer cosas de esta enverga- dura, a menos que nos asociemos con gente de otros países y tengamos aportes de otras fuentes privadas. *** Fueron casi diez horas de expedición, divididas en tres horas y media de bajada, tres de recorrido y tres de subida en el sumergible para dos personas. ENTREVISTA 39

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