Palabra Pública N°21 2021 - Universidad de Chile

Oportunidades y desafíos para la construcción comunitaria POR NOAM VILCHES ROSALES L a crisis de representatividad no tiene que ver únicamente con quienes ostentan cargos de representación en las diversas esferas de la política; el problema es mucho más estructural. Quienes creyeron lo contrario, es decir, quienes plantearon que el cambio que se requería era de las personas que componen la clase política, vieron res- puestas en crear nuevos partidos y conglomerados con ideales no tan dispersos, pero con supuestos nuevos horizontes y compromisos. Ya no es novedoso dar cuenta de que esta nueva clase política no logró escapar a la crisis que le dio vida y justificación para existir. Siguiendo la misma línea, una cantidad no menor de independientes se autoproclaman como quienes pueden traer la solución a este problema, ya que, al parecer, es suficiente no tener un partido político al que rendirle cuentas para lograr hacer bien las cosas. Sin duda, esto último es ignorar que el rango de independientes va desde los partidarios de la lista de la UDI hasta quienes se apuntan con La Lista del Pueblo. Pero la respuesta parece más bien tener su origen en uno de los pocos consensos que pareció tener la izquierda luego de las masivas protestas y presiones: el de crear una nueva Constitución, pues ahí parece residir lo que ha impedido los cambios estructurales. De tal modo, lo que se le ha reclamado a la clase política no puede ser resuelto con un mero cambio de personal. ¿Cuáles son las mencionadas estructuras que impiden atender los malestares sociales? El sistema neoliberal, una idea que parece ser el nuevo consenso en la izquierda; un con- senso que no debemos soltar, pero ¿es el único? Si lo es, sin duda nos permitirá instalar al- gunos mínimos bastante significativos, pero esto no significa que no debamos aprovechar la oportunidad enorme que tenemos de repensar otros nudos, como el funcionamiento de la democracia, también el de la participación efectiva, y la necesidad de su extensión a todas las áreas y no solo al voto por representantes. No quiero aquí desarrollar argumentos contra la democracia representativa y afirmar que la democracia directa nos dará mejores resultados por saltarse el sistema partidista, puesto que ello sería fingir que no sabemos los altos índices de violencia que hay hacia las personas racializadas, inmigrantes, integrantes de la comunidad LGBTIQ+ y un triste y largo etcétera. Un proyecto así fácilmente podría traducirse en un país con aun menos derechos para quie- nes sufrenmarginación en nuestra sociedad. Pero lo anterior no significa dejar las cosas como están, significa repensar estrategias y aprovechar esta ventana de oportunidad. Delegade de Bienestar FECh 63

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