Palabra Pública N°20 2021 - Universidad de Chile

exConcertación, a quienes se acusaba de haber pactado con los sectores más ricos y haber ter- minado protegiendo a los empresarios. Creo que el fenómeno del surgimiento del neoliberalismo y la caída del neoliberalismo son globales y siempre he sentido, si bien toda crítica es legítima, que es abusivo pensar que, en Chile, con un crecimiento de 5%, 6% de la economía, con una ampliación de la calidad de vida eviden- te para millones de chilenos, alguien iba a decir “mira, este modelo es peligroso, así que cambie- mos de modelo”. Era bastante difícil entrar en una discusión de ese tipo y, por lo tanto, esos juicios son siempre complejos. En un momento nos pa- reció que la inserción de Chile en la globalización era una absoluta necesi- dad, un proceso inevitable, absolutamente imposible de detener y, por lo tanto, lo único que podía hacer un país del tamaño del nuestro era negociar su in- greso a la globalización de la mejor manera posible. Hoy quizás hay una ma- nera distinta de mirar ese tema y hay que rediscutirlo con serenidad, porque los chilenos nos olvidamos de- masiado a menudo de que los procesos que vivimos son parte de un proceso global y que no podemos corregir aquí el proceso global. Nosotros tenemos que buscar maneras de li- diar con él y de separarnos de él en la medida de lo posible cuando podamos, pero no pensar que va- mos a cambiar el proceso global en Chile, porque eso no va a ocurrir. —El presidente electo Joe Biden señaló que la democracia enfrentaba un asalto sin prece- dentes. ¿Cree que la democracia de Estados Uni- dos está bajo amenaza? Creo que todas las democracias representati- vas en el mundo occidental están hoy bajo amena- za. Me parece que el fenómeno más grave que está ocurriendo en el mundo, desde el punto de vista de las libertades democráticas, es el nacimiento de líderes populistas que tienen la capacidad de establecer regímenes autoritarios. ¿Cómo estas visiones autoritarias ponen en peligro la relación histórica que existió siempre entre democracia y verdad? ¿Qué es verdad en una democracia? Hoy, lo que ha ocurrido es un fenómeno nuevo, so- bre el que no teníamos conciencia de que podía ocurrir, que son las redes sociales. Hoy es posible no solamente lo que se denomina noticias falsas, que se divulgan masivamente, sino que se pueden crear realidades alternativas, vale decir, la verdad ya no es lo que la inmensa mayoría cree, sino que hay otro grupo que sostiene que la verdad es otra. En las redes sociales se crean grupos cerrados, gru- pos eco, que se hacen eco entre ellos, que cons- truyen realidades alternativas y paralelas, y eso es extraordinariamente peligroso. Si hay un grupo de gente en Estados Unidos que suma 70 millones de personas que cree que el señor Joe Biden se robó la elección y que el verdadero ganador es el señor Trump, entonces la democracia no puede funcio- nar porque no hay legitimidad, las instituciones dejan de funcionar. —Lo que vimos en Estados Unidos fue una manifestación de la extrema derecha. En nues- tro país, Chile Vamos hizo un acuerdo para enfrentar la elección constituyente con el Par- tido Republicano de José Antonio Kast, que corresponde a una facción de ultraderecha que defiende ideas reñidas con la protección de los derechos humanos. ¿Ve usted un riesgo en este tipo de alianzas y en la institucionalización de este tipo de ideologías? En mi opinión, la derecha ha coqueteado y ha tenido, incluso la derecha más liberal, una relación permanente con grupos absolutamente antidemocráticos y con grupos que tienen con- vicciones sobre lo que fue la dictadura de Pino- chet y sobre lo que fue la violación a los derechos humanos en esa época que son inaceptables en una democracia. Yo me quedo con lo que dijo Angela Merkel, aunque en ningún caso podría yo vincularme políticamente con ella, porque ella está en un partido más bien de centroderecha. Merkel dijo que, en ningún caso, bajo ninguna circunstancia, ella podría aceptar algún pacto con la ultraderecha, y que el partido de derecha que se asocia con un partido de ultraderecha se destruye a sí mismo. Yo me quedo con esa opinión y me parece que es lamentable que se proceda a incor- porar a un grupo que está en los márgenes del proceso de la convención constitucional. “Siempre he sentido que es abusivo pensar que, en Chile, con un crecimiento de 5%, 6% de la economía, con una ampliación de la calidad de vida evidente para millones de chilenos, alguien iba a decir ‘mira, este modelo es peligroso, así que cambiemos de modelo’”. 78

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