Palabra Pública N°20 2021 - Universidad de Chile

escuchan en la calle o en las noticias, las que sintetizan en frases cortas que luego imprimen en folletos o volantines, proyectan en edificios, un camión en movimiento o pin- tan en el suelo. Las frases llaman la atención. “O explo- tamos o nos siguen explotando, una de dos”, “En Chile se tortura”, “No estoy en guerra”, “Hay que escuchar la voz del pueblo” o, simplemente, la imagen de la bandera chilena negra con la palabra “mata”. “La autoría se pierde porque ni siquiera los mensajes vienen de nosotros. También es importante que cualquie- ra pueda replicar fácilmente la gráfica, que sea de todes”, dice Gabriel Vilches. Rodolfo Muñoz destaca que “en Chile está fácil hacer arte político porque pasan injusticias todos los días, es increíble. No tocamos un tema especial, sino que nos enfocamos en que todos tienen una raíz en el colonialismo, la dictadura y ahora el sistema neoliberal”. La mayoría de sus intervenciones las han hecho en Valparaíso, en plazas, cerros y canchas, pero también han trabajado en Santiago. En septiembre, de hecho, junto a Delight Lab realizaron la acción que fue cen- surada por Carabineros cuando con un foco ilumina- ron el verso «Destruir en nuestro corazón la lógica del sistema», extraído de un poema de José Ángel Cuevas, haciendo desaparecer la proyección del monumento de Baquedano en Plaza Italia. “Al final fue bonito lo que pasó con el Pepe Cue- vas, porque por la censura de repente vio reproducido su poema completo en La Tercera , se empezó a hablar mucho de él, siendo que nunca fue un poeta tan me- diático y ahora, incluso, van a hacer una reedición de su trabajo”, comenta Paula López. Durante la pandemia, el grupo dejó de verse, pero no de trabajar, comenzando una modalidad virtual que tam- bién dio frutos. Se volcaron a lo audiovisual y en junio estrenaron El cuerpo al servicio del capital , un corto do- cumental sobre la salud en Chile a propósito de la crisis sanitaria. “Estamos en un proceso de quitarle el miedo a la gente, porque Valparaíso se ha vuelto a silenciar, y la idea es que se vuelva a la calle, a reclamar por los derechos, a reivindicar el espacio que nos volvieron a quitar”, conclu- ye Gabriel Vilches. Tres tristes tigres (@coloquiodeperros): El arte de conversar El periodista Sebastián Herrera y su pareja, la artista Laura Estévez, hace tiempo tenían una instancia de diá- logo en torno a la música en el barrio Franklin cuando se produjo el estallido social. “Recuerdo que la segunda semana estábamos en una marcha y la reflexión fue, ‘bue- no, sabemos que hay un malestar, pero cuáles son las de- mandas concretas, cuál es el discurso de fondo’. Parecía necesario y urgente sentarse a conversar”, explica Herrera. Fue entonces que decidieron, junto al cineasta Fernando Guzzoni ( La Colorina ), armar el colectivo Tres Tristes Ti- gres —en homenaje a Raúl Ruiz— y replicar la instancia de diálogos con simplemente una improvisada mesa, sillas y micrófonos en el frontis del Museo de Arte Contempo- ráneo, que llamaron “Coloquios de perros”. Entre octubre de 2019 y marzo de 2020 se realizaron once coloquios, donde participaron relevantes figuras de la cultura, entre ellos el poeta Raúl Zurita, el arquitecto Alejandro Aravena, la sicoanalista Constanza Michelson, la escritora Nona Fernández, el colectivo LasTesis y la ar- tista Cecilia Vicuña. Aunque ya llevan un tiempo sin hacer un coloquio de perros, el periodista cuenta que para octubre próximo pla- nean hacer uno de más días, en el mismo lugar de siempre y gratis, y que en enero de 2021 lanzarán un nuevo pro- yecto digital que funcionará a modo de revista. Insurrecta primavera (@insurrectaprimavera): Discípulos adelantados Aunque César Vallejos llevaba una década haciendo arte político junto al colectivo Serigrafía Instantánea, siendo uno de los grupos con más presencia durante el estallido social (pegando afiches y estampando pañuelos, sacando la prensa a la calle y haciendo talleres populares), finalmente el diseñador se apartó del colectivo por dife- rencias creativas. Sin embargo, fue en uno de los talleres que dictaron en diciembre, en la Federación de Estudian- tes de la Universidad de Chile, que se conformó un nuevo grupo de aficionados e interesados en levantar una nueva brigada de propaganda: Insurrecta Primavera. Con ellos, César ha seguido activo incluso duran- te la pandemia. Hicieron una intervención de afiches y stickers cuando las críticas hundían la labor del ministro Jaime Mañalich por el manejo de la pandemia, y lue- go se han dedicado a trabajar ilustraciones de los presos políticos y víctimas del Estado de ayer y hoy. El 11 de septiembre intervinieron la fachada del Estadio Nacio- nal con los rostros de Cecilia Magni, Macarena Valdés y Joane Florvil. Y el 15 de noviembre pasado intervinieron los muros de la población La Bandera en memoria de Camilo Catrillanca. Para el diseñador, tanto el estallido social como el estallido gráfico eran situaciones que se vienen fraguan- do hace décadas. Con los colectivos de arte es lo mismo. Hace años que se viene conformando un movimiento de muralistas y brigadas, de performistas, de artistas textiles, de comparsas y orquestas y pasacalles que en el estallido salieron todos a la luz. Y volverán a salir, advierte Vallejos. “El arte siempre ha sido una trinchera contracultural y por eso Plaza Dignidad se llenó de arte, incluso las per- sonas de la primera línea usaban trajes creados por ellos y pintaban sus escudos, todo fue una gran performance que está esperando el momento de volver”. 32

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