Palabra Pública N°20 2021 - Universidad de Chile
ción, a la preservación de la naturaleza, a la empatía hacia los adultos mayores, hacia los niños, los discapacitados, a todos los que se les considera sujetos de derecho. Hay un gran movimiento de empatía. Quiero referirme también a la ampliación del círculo de la empatía, y ahí quiero mencionar el pensar oblicuo de Pedro Lemebel con su “ojo de loca no se equivoca”. Cuan- do Pedro Lemebel fue a recibir el premio José Donoso, me contó Javier Pinedo, que era director, fue con taco alto y trató de darle un beso al rector (Álvaro) Rojas de la Univer- sidad de Talca. En un pueblo más bien provinciano, eso era toda una performance. O cuando pienso en David Aniñir y su poesía “mapurbe”, y ese verso que dice: “somos hijos de Lautaro tomando la micro para servirle a un rico”. El arte tiene, en esta situación de la ampliación de la empatía, múltiples propuestas, permite entender la complejidad y va más allá de una comprensión meramente ideológica de los procesos que estamos viviendo. Hay dos dimensiones del arte que nos ayudan a pensar la realidad, una que tiene que ver con el momento actual y otra que tiene que ver con un pensar más oblicuo, más, como decía Nelly Richard, “arte crítico”, que tiene nuevas propuestas de lenguaje. Ana Harcha: ya hay cuestiones que se empiezan a en- trelazar, tanto lo que cuenta Nury como lo que le planteas tú va dando cuenta de que estamos en un momento don- de participamos en una realidad muy compleja; vivimos y estamos situados en el presente, pero estamos dialogando con las experiencias anteriores que determinan algunas de las cuestiones que están sucediendo hoy y nos obligan a pensar en cómo definimos ciertos conceptos, como qué es el arte crítico, qué es el arte político, qué está sucediendo hoy en este gran marco de incertidumbre. Pablo Oyarzún: no sé qué más puedo decir después de lo que dijo Nury y Bernardo, tal vez pensar a partir de la palabra proceso, que se usa en la pregunta que nos dirigiste, que creo que es una buena palabra para hablar de producción cultural y producción artística. A mí me cuesta mucho separar creación de investigación. Cuando pienso en la creación cultural o creación artística, no estoy pensando necesariamente en creación de conocimiento, pero el punto en común es precisamente el proceso. Un proceso de búsqueda que se instala en una tierra que no está plenamente identificada ni mapeada ni cartografiada y, de hecho, el proceso de búsqueda tiene que ver en cierto modo con cartografiar el saber. Ese modo de construir posibilidades está desafiado muy fuertemente por la doble incertidumbre. Nosotros nos sacamos un premio, en cierto modo: tuvimos esta- llido y después pandemia, no tuvimos un espacio para reparar en lo que estaba pasando y tuvimos una nueva incertidumbre, que, tal como el estallido, también afecta nuestras propias existencias. El arte callejero me parece muy importante y me parece escandaloso que se borraran paredes donde estaban los testimonios de la manifesta- ción, tan heterogénea y tan diversa, porque en el fondo eso es destrucción de patrimonio, ahí se estaba creando patrimonio. También es un modo de construir la propia posibilidad, de otra manera, ciertamente; es un modo de construir la propia posibilidad y de ejercer la crítica. Hablando de crítica, creo que ese es un punto importan- te, pues eso es lo que hace crítico al arte. El arte no es crítico porque tenga la intención de serlo o porque exis- tan programas de crítica, es crítico de suyo por tener que construir su propia posibilidad, por no tener otro modo de estar, de hacerse si no es justamente en esta suerte de oblicuidad, eso es lo que comporta el carácter crítico. Estamos en un momento particularmente complejo, vivimos en una incertidumbre que nos sugiere pensar, como decía Bernardo, mucho más allá del lugar en el que estamos, nos obliga a pensar de manera más abierta, y esa es una dificultad, es una gran dificultad pensar de manera muy abierta, pues uno está acostumbrado a pensar en cate- gorías, esquemas que ha aprendido o ha producido. Ana Harcha: gracias, Pablo, voy a tomar unas cuestio- nes que dijiste al final de la intervención para ligarlas con la segunda pregunta, que tiene que ver con este momento de la incertidumbre, del quiebre de las categorías, de cier- tos sistemas. Entre ellos, uno fue el legado de la dictadura “El arte callejero me parece muy importante y me parece escandaloso que se borraran paredes donde estaban los testimonios de la manifestación, tan heterogénea y tan diversa, porque en el fondo eso es destrucción de patrimonio, ahí se estaba creando patrimonio”. PABLO OYARZÚN 18
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=