Palabra Pública N°19 2020 - Universidad de Chile

es el mercado versus la vida, porque enfrentar esta pandemia ha dejado clara la barbarie en que nos tienen. La carta, el debate y la tolerancia Faride Zerán: a propósito de de- bates, surgió una carta firmada por 150 intelectuales sobre la naturaleza del debate en EE.UU ., denuncian- do “un clima de intolerancia que se ha establecido por doquier. El libre intercambio de información e ideas, savia de una sociedad liberal, está vol- viéndose cada día más limitado. Era esperable de la derecha radical, pero la actitud censora se está expandiendo en nuestra cultura: hay una intoleran- cia a los puntos de vista contrarios, un gusto por avergonzar públicamente y condenar al ostracismo…”. ¿Qué opinas de esta carta publicada en la revista Harper’s , con firmas que van de Noam Chomsky a Salman Rush- die? ¿Por qué no firmó Butler? Judith Butler: no, no hubo firma mía. La carta es problemática, em- pieza con “oh, sí, reconocemos que el movimiento Black Lives Matter es importante, nos hacemos parte de los pasos que se han dado”. ¿Quién es el nosotros que aprecia el movimiento en la primera oración? No había per- sonas afrodescendientes firmando, es una carta paternalista. Es un movi- miento importante, nos interesan los pasos que ha dado, pero nos diferen- ciamos y lo aplaudimos. Es paterna- lista y plantea: “tenemos que decirles algo: no nos gusta el lenguaje que uti- lizan, la rabia que tienen”. Entonces, si estás enfrentando la violencia poli- cial, si te han silenciado por décadas, vas a tener rabia, vas a gritar, no te vas conformar con la idea de algo cívico o educado. Muchas de estas personas se sienten atacadas por la izquierda, ¿por qué? Porque han dicho cosas proble- máticas, han exonerado a los acosado- res sexuales, han participado en aco- sos sexuales. Todos hemos cometido errores: yo defendí a una persona en un caso de acoso sexual (no sabía en ese momento que era culpable), reci- bí las críticas, aprendí de mis errores. Esta carta es una defensa del elitismo, no de la conversación; es liberal, pero no es de izquierda, es antiizquierda, y tenemos que tener cuidado. Ob- viamente, me encanta conversar, me gusta tener buenas conversaciones, incluso cuando son un poco duras. Si alguien tiene que decirme algo duro, tendré que conversar y aprender. ¿Cómo nos transformamos? Escu- chando. Creo que es una carta muy problemática y que fue fuertemente criticada por personas que defienden el movimiento Black Lives Matter . Es un movimiento pacífico, el 95% de sus acciones son pacíficas, las perso- nas que están en las calles no sienten que ese sea su lugar, no sienten que la calle sea segura, uno sabe esto de boca de las feministas chilenas, que marchan y cantan Un violador en tu camino , todas esas mujeres, la comu- nidad trans que va a las calles. Algu- nas personas dirán: “eso no es muy cortés”, pero es una agresividad de la norma blanca. Creo que tenemos dificultad para tener algunas conver- saciones, pero éstas deben ser reales. Si no, vamos a estar todos actuando como si fuéramos aristocráticos en una habitación donde nada interesa y nada se resuelve. El feminismo no puede ser transfóbico Faride Zerán: ¿qué rol cabe a los feminismos en estas luchas, procesos, acuerdos? ¿De qué manera los femi- nismos han revitalizado estos ideales de cambio social a propósito del des- crédito de los partidos? Judith Butler: pensemos un poco en esta sorprendente acción callejera que sucedió en Chile cuando las fe- ministas levantaron el emblema femi- nista Un violador en tu camino . Ese fue un fenómeno global creado por las mujeres que salieron a la calle para oponerse a la violencia sexual. Ésta no fue una acción pequeña, de hecho, se esparció por el mundo. Ese fue un ejemplo del feminismo en su rol de li- derazgo, de pensar en las calles como un lugar de violencia. Si analizamos los movimientos chilenos, si los opo- nemos a la violencia en Argentina, articulados, por ejemplo, con el mo- vimiento Black Lives Matter , lo que vemos es una política callejera, donde las personas se están haciendo cargo, reclamando las calles en nombre de sus cuerpos y del derecho de vivir y mantenerse vivas, no solamente el derecho a vivir ahora, sino el derecho a las infraestructuras que permitirían vivir y que otros vivan. Cuando ha- blamos del neoliberalismo, una de las cosas de las que hablamos en Estados 91

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