Palabra Pública N°19 2020 - Universidad de Chile
A guda, con una mirada que exhibe su sagacidad y un sentido polí- tico que se lo querría cualquier profesional del rubro, esta filósofa y académica de la Universidad de California en Berkeley, autora de libros como El género en disputa y Cuerpos que importan , entre muchos que han sido traducidos a varios idiomas, recordó esa tarde de invierno santiaguino su cercanía con la Universidad de Chile, que un año antes le había otorgado la distinción Honoris Causa, y sus fuertes vínculos con los movimientos feministas y culturales de nuestro país. “Me siento parte de esta comunidad”, me señaló al inicio del encuentro, y qué duda cabe, si ya en esos momentos las redes ardían con los saludos de sus fans, que aplaudían con entusiasmo la visita virtual de una auténtica rockstar . Faride Zerán: hay un proverbio chino que dice “líbranos de los tiempos interesantes”. No sé si es una maldición o un deseo, pero hagamos un paralelo entre Estados Unidos y Chile, con la elección presidencial en noviembre de este año en Estados Unidos, y en Chile, el plebiscito de fines de octubre. Son tiempos interesantes, son tiempos terribles, son tiempos expectantes. ¿Cómo los vives? ¿Cómo ves este escenario político social y de crisis sanitaria? Judith Butler: creo que son tiempos difíciles y son tiempos prometedores. Cuando entramos en cuarentena se nos obligó a estar en casa, a dejar de traba- jar en nuestros espacios laborales. Al principio estábamos bastante impresiona- dos, pero también optimistas de que quizás ésta era una oportunidad para dete- ner la reproducción del mundo, del mercado, como los conocemos; de detener nuestro cotidiano para pensar en lo que es la igualdad y lo que es la justicia, repensar esas categorías. Era un tiempo para recrear el mundo. El problema es que ahora vemos que, en vez de reconstruir el mundo, nos están pidiendo que reiniciemos la economía, a pesar de que este reinicio viene asociado al costo de las vidas de las personas. Entonces, la pregunta es si la máquina capitalista se puede detener o no, si puede ser desmantelada de una forma u otra. Se ha visto de una manera nítida esta lógica que impulsa al capitalismo, la que ve- mos en Estados Unidos, pero también en otros países dominados por el ethos capitalista, por el deseo de restablecer la economía, restablecer las ganancias, lo que a veces implica un costo para los trabajadores en las economías de servicio, trabajadores que no tienen elección más que trabajar para obtener algún tipo de ganancia. Obviamente, debería haber instrumentos para que todos tengan ingresos y un sistema de salud, pero en Estados Unidos vemos la intensificación de la desigualdad social y económica: las personas que están en las calles, que no tienen un sistema de salud, y las personas que están bastante protegidas en sus primeras, segundas y terceras viviendas, y se mueven de una a la otra. “Es tremendo ver que, en los registros sociales, con esta tecnocracia ligada a los servicios sociales de los Estados neoliberales, las personas trans no figuran, los migrantes no figuran, porque somos parte de un grupo de personas que vivimos ilegales en el mundo”. EMILIA SCHNEIDER 86
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