Palabra Pública N°19 2020 - Universidad de Chile
de expresión, sin el momento del encuentro. Entonces, desde mi tribu digital, soy muy tolerante, porque no las escucho ni las leo, claro que cuan- do aparecen, no las acepto”. No es un problema de “confianza en las institu- ciones”, remata. “El problema es mu- cho más profundo: no las necesito”. El negocio de la polarización Con la masificación de las plata- formas de redes sociales, “efectivamen- te hay un giro en lo que entendemos como esfera pública”, asegura Patricia Peña, periodista y académica del Insti- tuto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile. Su aproxima- ción al impacto de estas plataformas en la vida pública, asegura, sigue la actitud de Umberto Eco: “ni apocalíp- tica ni integrada. El gran problema es que habíamos olvidado que estas pla- taformas son empresas y que la mone- da de cambio somos nosotros”. El despegue de Twitter, Facebook y WhatsApp se dio en Chile a partir del terremoto de 2010, asegura la investigadora, cuando muchas per- sonas se abrieron cuentas para ha- blar e informarse sobre la catástrofe, “época, además, en la que era muy influyente una corriente positivis- ta que veía estas plataformas como herramientas democratizadoras, y avanzaba la pérdida de credibilidad de los grandes medios de comunica- ción”. Pero no fue sino hasta el es- cándalo de Cambridge Analytica, en 2015, añade, que nos dimos cuenta de que “en estas plataformas se daba una manipulación y polarización de la opinión pública”. “La polarización tiene que ver con el juego que se hace en estas pla- taformas, que te meten en burbujas donde la realidad es negra o blanca y los matices no funcionan”, explica Peña. “Son dinámicas con las que terminas validando tus propias creen- cias. Si busco información sobre el proceso constituyente y tengo una cierta inclinación, voy a encontrar información que la refuerza. Termino leyendo de acuerdo a lo que yo creo, no me vinculo con toda la diversidad de otras opiniones. Ese es el efecto más perverso”, asegura. Sin embargo, la académica ad- vierte contra el peligro de caer “en la tentación en la que cayeron los autores del informe Big Data, según la cual estas plataformas tenían la fuerza para ser una de las causas del estallido social”. Más relevante que el impacto directo de estas platafor- mas, cuyo acceso sigue siendo acota- do en la población, es su relación con los medios, sostiene la periodista. “Twitter y la televisión se empiezan a llevar demasiado bien. Los softwares de escucha social, el monitoreo de hashtags , que estaban hechos para medir evaluación y posicionamiento de marcas, se empiezan a usar como una suerte de people meter . Y allí vie- ne la crítica constructiva que uno puede hacer: ¿qué está validando el medio televisivo cuando dice ‘se dijo en redes sociales’?”. Otra dimensión problemática, asegura Peña, es que “este Internet de las plataformas es un Internet muy patriarcal, está hecho y diseña- do por hombres blancos, del norte, 1. María José López , doctora en Filosofía Política y académica de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile. 2. Aldo Valle , abogado, ex rector de la Universidad de Valparaíso y ex presidente del Consorcio de Universidades del Estado (CUECH). 3. Manuel Antonio Garretón , sociólogo y Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales. 4. Patricia Peña , periodista y académica del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile con una cierta educación”. Una de las implicancias de este sesgo de género, agrega, “tiene que ver con el consen- timiento. Que nos acostumbráramos a bajar aplicaciones sin leer los tér- minos y condiciones y decir acepto, acepto, acepto, es lo que hoy cues- tiona el movimiento feminista. Tene- mos que cuestionar esta cultura del no consentimiento, muy engañosa y patriarcal. Tenemos que ser capaces de reapropiarnos de Internet, que esta no es la única forma de crear una pla- taforma de red social”. ¿Aprender a vivir en el conflicto? “Me parece que cuando se habla tanto de las formas de la discusión y del disenso se olvida el fondo. La demo- cracia es conflicto”, asegura María José López. “El conflicto también es nece- sario y parte de la riqueza de la misma experiencia de la diferencia vivida que debería ser propia de una democracia. Pero hay que aprender a vivir en el con- flicto, hay que aprender a discutir en serio, hay que educarnos en la discre- pancia y eso va a demorar tiempo y va a requerir ganas y voluntad”. “Hay que aprender a vivir en el conflicto, hay que aprender a discutir en serio, hay que educarnos en la discrepancia y eso va a demorar tiempo y va a requerir ganas y voluntad”, asegura la filósofa María José López. 1 2 3 4 65
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