Palabra Pública N°18 2020 - Universidad de Chile
asistencial que se daba desde la Facultad de Medicina y que funcionaba en los hospitales estatales. Estaba presidido por el ministro de Salud y lo integraba el director del Servicio Nacional de Salud, los directores de otros servicios de sa- lud de carácter público, el presidente del Colegio Médico, de los odontólogos y químicos farmacéuticos, la Sociedad Constructora de Establecimientos Hospitalarios que la dictadura hizo desaparecer el año 82, representantes de los trabajadores y empleados, y otros organismos. Bueno, ese consejo asesor establecía todo lo que son los planes, la coor- dinación de todos los servicios, la integración. Eso significaba orientación, participación social. Ahora, con la pandemia y lo que ha ocurrido, se ha llegado a hablar de que nosotros hemos vivido el desastre porque aquí hay un desgobierno total. En ninguna parte se da una integra- ción, hay un sentido de la libertad en que cada uno hace lo que se le da la gana. Lo que yo te cuento sobre la integra- ción tan interesante de las universidades tradicionales con el servicio a lo largo de todo el país aseguraba que en esos hospitales hubiera educación continua para la gente, por- que todos los hospitales de mayor jerarquía estaban vincu- lados con la Universidad de Chile, la Universidad Católica, la del norte y la de Concepción. Hay evidencia de que no se puede entregar, como si fueran dictadores, a un presidente y a sus ministros todo lo que hay que hacer en este país. Yo digo que no hay por dónde perderse, hay experiencias en Chile de que las cosas marchan mejor cuando el Estado es gobernado con un entendimiento social amplio. —¿Cuáles son las características que debería tener un sistema de salud que responda a las necesidades del país? Te lo explico desde mi experiencia, ni siquiera es una elucubración esto: yo creo, simplemente, que aquí falta una contribución de la gente que está mejor dotada para opinar y participar en esto. Mira, la Sociedad Constructora de Establecimientos Hospitalarios, que fue clave para darle estructura a los hospitales a lo largo del país, desapareció y en Chile no se construyó ningún hospital desde 1973 hasta 1990. ¿Cómo puede darse eso? Son casi 20 años de crecimiento de la población y en el país no se crean nuevos hospitales. ¿Dónde está la clave de todo? La clave de todo está en la experiencia que Chile ha tenido, se está hablando de cosas concretas que pueden hacerse y la esperanza, para mí, es la nueva Constitución. Después del 18 de octubre y de la pandemia, cualquier visión inteligente reclama seguri- dad en este país, que el Ministerio de Salud sea solidario y responsable de la cobertura adecuada. —La Escuela de Salud Pública de la U. de Chile anunció que ya no utilizará los datos del Ministerio de Salud porque “hacen imposible toda modelación”. No han sido los únicos: el requerimiento de datos fi- dedignos ha sido una pieza clave en el debate sobre transparencia en nuestro país. ¿Cuál es la relevancia de contar con datos fiables y que sean bien informa- dos a la población? Yo creo que ha sido vergonzosa la manera en que el gobierno y el ministro Mañalich aparecieron como un gobierno triunfalista que lo hacía mejor que Argentina. Mira, las estadísticas se pueden manipular mucho y pue- den servir para muchas cosas, pero la manera en que se enfrentó aquí [la pandemia] fue tan deshonesta, que re- sultó en la caída del ministro más blindado que tenía este gobierno. Se habla a cada rato de transparencia y se burla la transparencia, es absolutamente obvio. Este gobierno ha hablado de solidaridad, pero solidaridad, ¿dónde?, ¿con quién? Aquí la única solidaridad que puede darse para solucionar este tema es un financiamiento adecuado. Este país, en los últimos 40 años, ha multiplicado por cuatro, cinco veces el Producto Nacional Bruto, y un país rico lo que ha hecho es aumentar la distancia que hay en- tre los pobres y los ricos. El avance ha sido mínimo y la so- lidaridad no puede darse de otra manera: toda la riqueza de este país, a la que contribuyen todos los trabajadores, debe repartirse a todos los trabajadores, son cosas muy elementales. Este gobierno sigue usando la palabra solida- ridad, son los capitalistas que hablan de solidaridad y no han entregado un peso para las necesidades de la sociedad. Las ventajas del cogobierno Sin esperarlo y dedicado en ese tiempo a sus estudios de endocrinología, el doctor Alfredo Jadresic se convirtió en decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de “Hay evidencia de que no se puede entregar, como si fueran dictadores, a un presidente y a sus ministros todo lo que hay que hacer en este país. Yo digo que no hay por dónde perderse, hay experiencias en Chile de que las cosas marchan mejor cuando el Estado es gobernado con un entendimiento social amplio”. 88
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=