Palabra Pública N°18 2020 - Universidad de Chile
Dice que le costó acostumbrarse a las clases remotas, pero que ya le había agarrado el ritmo. Más de cien días en cuarentena, repite. —Salgo a comprar a los almace- nes de aquí cerca, pero nada más. Un día tuve que ir al centro a hacer un trámite y me impresionó ver que ha- bía una nueva cotidianidad, y que las personas la asumieron muy rápido. —¿Y cómo ha afectado todo esto a tu proceso de escritura? ¿Has podido escribir? ¿Has podido leer? —Es cierto que hay un tiempo y espacio real para la escritura. Pero no es un estado contemplativo, onda to- rre de marfil, no, nada de eso. Cuan- do uno se informa, cuando ve y lee noticias, es tanta la crudeza de lo que está pasando, es tan apoteósico y te- rrible, que es imposible concentrarse. Estamos cotidianizando el apocalip- sis… el dolor, la muerte… inevitable- mente, todo eso creo que va a atrave- sar lo que estoy escribiendo, que son unos cuentos infantiles. También ha estado revisando y corrigiendo algunos textos que escri- bió hace un tiempo. Y no ha dejado de pensar en un cuento de Edgar Allan Poe: La máscara de la muerte roja . Es un cuento que empieza así: “La ‘Muerte Roja’ había devastado el país durante largo tiempo. Jamás una peste había sido tan fatal y tan espan- tosa. La sangre era encarnación y su sello: el rojo y el horror de la sangre. Comenzaba con agudos dolores, un vértigo repentino, y luego los poros sangraban y sobrevenía la muerte. Las manchas escarlata en el cuerpo y la cara de la víctima eran el bando de la peste, que la aislaba de toda ayuda y de toda simpatía, y la invasión, pro- greso y fin de la enfermedad se cum- plían en media hora…”. —He pensado mucho en ese cuento a propósito de cierta torpeza de nuestros gobernantes, que es una torpeza que no viene de ahora, sino que está atravesada por el estallido de octubre. En el cuento hay un deseo de renegar de la muerte y finalmente la muerte ingresa igual… Me da la sensación de que la muerte, la pes- te, refleja el juicio de la historia que quieren evadir algunos de nuestros gobernantes. —Ahora que haces mención al estallido de octubre… ¿Pareciera que es inevitable leer toda esta pan- demia sin pensar en lo que ocurrió en el país después de ese 18 de oc- tubre, no? —Hay un proceso que se repite en muchos lados de Chile: ¿te has fijado que el eje de la discusión po- lítica no ha pasado por el Congreso, sino que ha transitado entre el Po- der Ejecutivo y las municipalidades? La línea de fuego principal han sido las alcaldías, que tienen la mayor ca- pacidad de decisiones de cosas muy perentorias, y eso te habla de cierta lentitud procedimental de las leyes o cierta distancia entre las leyes y la rea- lidad… ¿Te has fijado que desde oc- tubre que los alcaldes han aparecido contraviniendo el poder central? Son gestos que me parecen importantes. Creo que eso va a ser una reflexión que vamos a tener que hacer cuando pase el tiempo y pensemos en todo lo que ha ocurrido. —¿Y cómo se vivió el estallido social en Punta Arenas? —Tuvo una enorme presencia, un gran calado. Manifestaciones grandes, multitudinarias… Lo que pasa es que Magallanes es una zona históricamente de huelgas obreras, con una tradición sindical muy fuer- te. Piensa que la primera protesta contra Pinochet, fuera de Santiago, ocurrió aquí, el famoso “Puntarena- zo”. Hay que recordar, además, que Magallanes no es una zona piñerista, y si a eso le sumamos el centralismo como un factor más de los abusos contra los que se ha salido a protes- tar desde octubre, entonces tienes una ciudad donde se vive con mucha fuerza el descontento. *** —Contabas que en estos casi cuatro meses de cuarentena has ido dos veces al centro de Punta Arenas. ¿Cómo se ha comportado la pobla- ción con respecto a las cuarentenas y al distanciamiento social? —Tengo la sensación de que en un primer momento la gente tuvo un cierto temor y se ocultó bastante, se guardó. Después, la gente empezó a decir: ya, no es para tanto, y comen- zaron a salir. Me inquieta mucho cuando veo en redes sociales personas en los bares, en la calle. De todas for- “Estamos cotidianizando el apocalipsis… el dolor, la muerte… inevitablemente, todo eso creo que va a atravesar lo que estoy escribiendo, que son unos cuentos infantiles”. 76
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