Palabra Pública N°17 2020 - Universidad de Chile
Replegados a los interiores: Tras el primer caso de Coronavirus confirmado en la isla, el pasado 25 de marzo, varias comunidades se manifestaron en el canal de Chacao, exigiendo levantar una barrera sanitaria que controlara el flujo de vehículos y visitantes, la que finalmente se aprobó. La poeta y profesora chilota Rosabetty Muñoz, ganadora de los Premios Pablo Neruda y Altazor, relata en esta columna cómo vive el aislamiento y, en medio del miedo, atisba una luz al final del túnel. POR ROSABETTY MUÑOZ P arece una exageración afirmar que se borran los hitos temporales en este encierro que lleva un par de semanas en modo abierto y sólo unos días con el canal de Chacao cerrado a todo tránsito que no sea esencial. Nos sorprendemos preguntando en qué día estamos, qué fecha es. Costumbres tan arraigadas que son parte de nuestra materia cárnea como tomar mate, se han vuelto un atentado contra la salud. El cír- culo virtuoso del fuego, la conversación y el artefacto com- partido no son una pérdida menor porque su falta es también la pérdida de las costumbres que son pilares sobre los que se sostiene la construcción de nuestras vidas. Vivir suspendidos en este presente sólido, pesado, vigi- lando el instante como protagonista absoluto, es aterrador. Tal vez eso empuja a intentar vivir como siempre, la idea de no pensar en el porvenir. Y ahora, frente al aliento de la peste, una vez más pri- ma el interés material por sobre las vidas de los isleños. La agresión del poder económico y el abandono de la au- toridad política tienen tantos años como la fundación de las distintas ciudades chilotas. Nuestro sistema de salud no cubre, en tiempos normales, la demanda de una población desperdigada por canales e islas pequeñas, menos frente a esta pandemia. Por eso, tenemos claro que el no contagio es prioritario; en esa dirección fueron desde el principio las demandas ciudadanas. La barrera sanitaria que se con- siguió por medio de movilizaciones vecinales y firmeza de los dirigentes, es vigilada también por representantes de las comunidades. Llamará la atención este doble control, pero todos sabemos hasta qué punto ha llegado la desconfianza entre gobernados y gobernantes. En dos oportunidades se ha intentado romper el cerco de protección por acuerdo entre las autoridades regionales y las empresas salmoneras. La indignación de los ciudadanos por las decisiones de las autoridades ha borrado la mansedumbre característica de CHILOÉ RESISTE 73
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