Palabra Pública N°17 2020 - Universidad de Chile

no se da por ahí, sino que se va a pensar que el que viene, lo hace extremada- mente empobrecido, lo que va a hacer peligrar nuestra situación, la situación de precariedad en la que todos y todas vamos a estar de cierto modo, unos más que otros. Podría ser que esa figura del enemigo externo venga a poner en cuestión nuestra pequeña estabilidad luego de que esto pase. —Respecto a la figura de los trabajadores y trabajadoras migrantes, ¿crees que sigan llegando a nuestro país tal como lo han hecho hasta ahora? La mano de obra barata siempre es bienvenida –ironiza–, no creo que el cierre sea completo porque hace falta, no es que me haga falta a mí, sino que le hace falta a una economía como la nuestra, a un modelo neoliberal como el nuestro, donde hay trata de inmigrantes actualmente en distintos valles y en distintos lugares del mundo agrícola. Pienso que después de esta crisis sanitaria esa mano de obra va a estar más disponible que nunca, pero me da la impresión de que también se va a sumar mano de obra chilena disponible, porque la gente va a tener que salir adelante como sea y ahí también se va a producir algo… No puedo ser pitonisa para saber lo que va a ocurrir, pero temo que seguiremos estando frente a una figura maltratada, racializada. —Túmencionabas iniciativas munici- pales que desde las oficinas de migrantes han abordado esta amenaza para las y los más pobres. En estas semanas ha existido una tensión entre el gobierno central y los gobiernos locales. ¿Crees que estos últi- mos han mostrado una sintonía con las necesidades de las personas que el Estado ha perdido? Se está dando un fenómeno interesante que tiene que ver con los gobiernos locales y las decisiones que un alcalde o alcaldesa toma respecto de la vida de los habitantes de su comuna. Hay que seguirle la pista a esto y ver cómo se condensan esos poderes locales, es muy interesante desde el punto de vista político, humano, y también para enfrentar la crisis sanitaria. Sobre lo que atañe a los migrantes, no sé si eso se ha planteado ahora, pero sí sé que antes de la crisis sanitaria se le ha reclamado muchas veces a ciertos municipios considerar más a los migrantes que a las personas chilenas, cuestión que nunca ha ocurrido; se trata de derechos humanos, si tienes un hijo o hija que tiene que ir al colegio o que está enfermo, debe poder acceder a esos servicios igual que los demás. Lo que diferen- cia a esas personas tiene que ver con el racismo. Vuelvo a la escena de esa persona muriendo y de alguien diciéndole que se muera, porque es negro, en Italia. Espero que nunca jamás lleguemos a una cosa así, imaginando que vamos a tener escasez de camas, respiradores, aparatos, material, sobre todo en un país como el nuestro, donde se han privilegiado los bolsillos de los más acomodados. Confío en el buen criterio, humanidad, de alcaldes y alcaldesas que van a considerar a los habitantes de su comuna sin diferenciación de género, clase o color para darles un tratamiento humano en condiciones de enfermedad, pero, sobre todo, de prevención. —En nuestro caso particular, enfrentamos la pandemia a varios meses del estallido social. ¿Te parece que las críticas que hace el pueblo al manejo del gobierno de esta crisis tienen un correlato con las deman- das levantadas por ese mismo pue- blo en las distintas movilizaciones durante el estallido social? Pienso que hay muchos lazos. Lo que desde octubre hasta hoy habla de un malestar que implica desconfian- za. Creo que hay una desconfianza hacia los gobernantes. ¿Qué es lo que están pensando? ¿Qué están hacien- do frente a una crisis tan grave como esta? Tampoco les puedes poner en- cima toda la responsabilidad de esta crisis, pero, sin embargo, ya se cons- truyó una suerte de lejanía muy gran- de, una distancia social gigante con quienes nos gobiernan, con figuras que uno quisiera no ver nunca más, no escuchar nunca más. Se acude, por ejemplo, a lo que señala el Co- legio Médico, se confía mucho en la palabra de un médico que nos dice que hay que hacer esto y no lo otro, se acude a la gente que defiende la niñez porque qué va a pasar con los niños y las niñas en el caso de que a sus padres les pase algo o queden abandonados. Me parece que esto está haciendo surgir a figuras que no vienen del mundo político y eso coincide con lo que pasó después del 18 de octubre, cuando los protagonismos no eran políticos. Esa desconfianza es inde- pendiente del gobierno, porque uno podría decir que los gobiernos van a ser siempre los más criticados en una crisis como esta, en todas partes, pero no se ve del otro lado una salida que permita un acercamiento comprensi- vo a lo que está viviendo la sociedad. Entonces hay mucha búsqueda de rendimiento político, mucha búsque- da de instalación para próximas elec- ciones, mucho lenguaje vacío, y eso la gente ya lo aprendió. “Me parece que la crisis sanitaria está haciendo surgir a figuras que no vienen del mundo político y eso coincide con lo que pasó después del 18 de octubre, cuando los protagonismos no eran políticos”. 72

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